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Sevilla

Silverio Lanza, el raro admirado por Borges, Cela y Juan Ramón Jiménez

David González Romero le ha dedicado la tesis doctoral titulada "Silverio Lanza, un escritor perdido"

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  • Uno de sus libros -

El editor de la sátira política de Silverio Lanza "El marqués del Mantillo", David González Romero, ha dicho a Efe que este escritor olvidado fue admirado por Borges, Ramón Gómez de la Serna, y los premios Nobel Camilo José Cela y Juan Ramón Jiménez, quien le dedicó dos semblanzas.

Gómez de la Serna fue su albacea y le publicó una novela póstuma, además de dedicarle el libro titulado "Prólogo a la obra de Silverio Lanza", del que Borges dijo que era su obra preferida de todas las de Ramón Gómez de la Serna, mientras que Camilo José Cela le dedicó un monográfico de su revista "Papeles de Son Armadans" en 1964.

Antes de convertirse en su editor en el nuevo sello "El Paseo", David González Romero le ha dedicado la tesis doctoral titulada "Silverio Lanza, un escritor perdido", en la que lo considera un heterodoxo, un escritor sin ninguna conexión en la tradición literaria española y "un modernista curtido en el posmodernismo, que anuncia las vanguardias".

Silverio Lanza, cuyo verdadero nombre fue Juan Bautista Amorós (Madrid 1856-Getafe, 1912), publicó siete novelas y seis libros de cuentos, además de numerosas colaboraciones en la prensa política y literaria, y ha sido considerado uno de los escritores que más influyó en los miembros de la Generación del 98, pese a su condición de inclasificable.

"Las novelas de Lanza son auténticos experimentos que parten del naturalismo, con escenas dialogadas, elipsis, es un escritor siempre fragmentario, burlesco, satírico y quevedesco, una especie de aristócrata anarquista que tras varios fracasos decidió establecerse en Getafe", lo que le valió el sobrenombre de "el solitario de Getafe", según ha recordado el editor.

El título íntegro de la novela ahora rescatada, de 1889, es "Noticias biográficas del Excmo. Sr. Marqués del Mantillo", que González Romero ha considerado de mucha actualidad por tratarse de "una crítica total al sistema de la Restauración" con la alternancia bipartidista.

"El ascenso del Marques del Mantillo no es el de un tirano, ni un espadón del siglo XIX sino de alguien hecho en el sistema parlamentario, un mediocre, un analfabeto, un incapacitado que llega a lo máximo y logra convertirse en presidente del Gobierno empleando mecanismos demagógicos y populistas y manejando a los periodistas a su antojo", ha señalado.

Es un producto, ha añadido el editor, de los problemas dejados por la Primera República, con la crisis territorial que originó el cantonalismo, y con el inicio de la crisis colonial española que desembocó en el 98 -"Sagasta, como político logrero, populista y demagogo y muy hábil manejando la prensa" puede ser una de las figuras que inspiraran a Lanza para su "Mantillo"-.

Otros paralelismos con la actualidad del ascenso político de Mantillo, según el editor, es la crítica que hace del impuesto al consumo, que grava por igual a ricos y pobres, y su defensa de los periodistas encarcelados para, cundo llega al poder, hacerse partidario de la censura.

Lo que en la época se denominaba un "progresero", de ahí que para la portada de la novela haya sido seleccionada una caricatura de la época a base de viñetas que muestran el ascenso del "progresero" común, alguien que llega a Madrid con trazas de mendigo, se hace novillero, luego militar, después periodista, seguidamente parlamentario, para ingresar finalmente en el Gobierno.

El "Mantillo" de Lanza llega más lejos que cualquier otro, ya que para disimular su analfabetismo se finge ciego a lo largo de su carrera política, un engaño que logra sostener hasta el final de la narración.

González Romero editó hace siete años para la editorial Berenice otra obra inclasificable de Lanza, "La antropocultura", que ha considerado "una extravagancia" dentro de lo que el erudito mexicano Alfonso Reyes denominó "tradición hispánica de los raros".

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