Agentes de la Policía Nacional han detenido en el municipio malagueño de Estepona a una mujer de 44 años y nacionalidad española como presunta responsable de un delito de odio tras amenazar, insultar y vejar a un vecino de su edificio y a su familia por su origen africano.
La investigación policial se inició a primeros de octubre, a raíz de la denuncia de un hombre, residente en Estepona, que manifestaba ante la Policía Nacional que su vecina, a la que había denunciado en tres ocasiones anteriores en 2014 y 2015, le insultaba y le vejaba debido a su origen africano.
En concreto, en el último episodio la vecina habría golpeado reiterada e insistentemente la puerta de su vivienda y al abrir vio como ella huía por el pasillo y se metía en su casa. Una vez dentro cerró la puerta y seguidamente comenzó a proferir insultos y amenazas contra él, según han informado desde la Policía Nacional a través de un comunicado.
También, al parecer, el denunciante manifestó que esta vecina había extendido los insultos discriminatorios, amenazas y vejaciones hacia su mujer e hijos, ya que, supuestamente, en más de una ocasión había rociado su domicilio con insecticida y, en otras ocasiones, llegó a pulverizar con insecticida a uno de sus hijos menores.
Según las investigaciones la presunta agresora amenazó y vejó de forma continuada al denunciante y a su familia durante casi dos años, a los que, al parecer, acosaba con gritos racistas y amenazas, motivo por el que ha sido detenida como presunta responsable de un delito de odio.
La Policía Nacional ha recordado que si una persona se ha mostrado hostil hacia ti por tu raza, orientación e identidad sexual, religión, creencias o discapacidad ha cometido un delito de odio; además, pide que no se permanezca indiferente ante los delitos de odio y que se denuncien.
Asimismo, ha incidido en que los insultos racistas o xenófobos también pueden ser delito y que no se debe obviar los mensajes u ofensas recibidas en tu perfil de redes sociales, tu correo electrónico o tu teléfono móvil.
También recuerdan que cuando se denuncia no se debe omitir las palabras concretas y comentarios dichos por el autor y que se cuente a la Policía o la Guardia Civil todo lo que se crea que es importante, como símbolos, anagramas, tatuajes, vestimenta del autor, y testigos de los hechos, entre otros.