La frenética actividad que salpica desde hace semanas su agenda trasladó este lunes a Susana Díaz hasta Estepa, cuna nacional del mantecado y del resto de productos navideños,horas antes de volar hacia Bruselas. Allí, en una de las factorías que colocaron hace décadas el nombre del municipio sevillano en el mapa productivo andaluz, se comprometió la presidenta de la Junta a articular todas las políticas que sean necesarias para abrir nuevos mercados a un sector que ya coloca más allá de los límites de Andalucía el 15% de su producción. “Vamos a seguir apostando por mejorar la marca”, confirmó tras un paseo entre empleados y cientos de cajas rumbo a los centros comerciales.
La sorpresa quizás sea que Díaz ha interiorizado ya como suyo uno de los compromisos que le arrancó Ciudadanos hace tiempo en las negociaciones a dos bandas con las que se sigue garantizando el apoyo decisivo que la mantiene en San Telmo. Este lunes rememoró cómo en las visitas a cuatro fábricas similares en los últimos tres años le “pusieron deberes” para relanzar la actividad, entre ellos que mejorara las condiciones del Impuesto de Sucesiones y Donaciones. La presidenta celebró a continuación que ese logro “se ha completado” gracias a la Junta y adelantó que apunta en la carpeta de asuntos pendientes el apoyo administrativo que el sector necesita para lograr las certificaciones que le exige la UE.
Cierto que Díaz incluyó la rebaja del Impuesto de Sucesiones y Donaciones en el programa electoral con el que concurrió a las urnas en 2015 y que también figuró en el discurso de investidura que renovaría su condición de presidenta en el verano de ese año. Pero el concepto de logro de la Junta o de su partido es bastante relativo. Fue Ciudadanos quien planteó la rebaja del gravamen en un “todo o nada” cuando se decantó por respaldarla y quien lo ha vuelto a esgrimir en las dos ocasiones en las que ha tocado avalar los Presupuestos. La formación que lidera Juan Marín lo exigió una y mil veces e incluso ha afeado en un puñado de ocasiones al PSOE que “si por ellos fuera no se habría bajado jamás”. La propia consejera de Hacienda, María Jesús Montero, se resistió durante el primer tramo del mandato de Díaz recomendando que la rebaja del impuesto que los andaluces pagan por heredar, el más alto de toda España, se aplazara a algún momento de la legislatura cuando la economía volviera a soplar a favor. “Cuando se pueda y en función de los ingresos”, insistía una y otra vez sin convencer a C’s.
Finalmente fue en plena campaña del 26J cuando la Junta cedió. Lo que ahora Díaz vende como propio fue una mejora arañada por C’s desde agosto en las herencias de viviendas habituales y, sobre todo, en el mundo agrario. En enero entra en vigor el grueso de la reforma: nadie pagará ya en Andalucía si hereda por debajo de los 250.000 euros y se corrigen los errores de salto a partir de esa cantidad para hacer más progresivo el coste. A la Junta esa concesión a C’s le ha costado 125 millones en el Presupuesto de 2017.
Zapatero también arropa
Mientras la Junta alardea de rebaja fiscal el PSOE continúa modelando la campaña de apoyo a Susana Díaz como futura secretaria general del partido. El secretario de Organización, Juan Cornejo, confirmó que el 16 de diciembre José Luis Rodríguez Zapatero compartirá mitin con ella en Jaén. La excusa es celebrar el décimo aniversario de una de las grandes contribuciones del expresidente: la Ley de Dependencia. El partido lo niega, pero la cita añade otro eslabón más a la campaña de promoción de su líder tras el acto con Felipe González.
