Los vecinos de Lubrín (Almería) se encuentran ultimando los detalles para que, el próximo 20 de enero, su Patrón, San Sebastián, reciba miles de roscos de pan con motivo de sus fiestas, declaradas de Interés Turístico Andaluz, por lo vistoso del evento, y que cuentan con el apoyo de la Diputación de Almería.
El alcalde de Lubrín, Domingo Ramos, y el diputado de Cultura, Antonio Jesús Rodríguez, han sido los encargados de presentar a los medios de comunicación este evento, que atrae cada año a este municipio a entre 8.000 y 10.000 visitantes, aún tratándose de una festividad que se celebra siempre el 20 de enero, independientemente de que sea día laborable o festivo.
Rodríguez ha declarado que las Fiestas de San Sebastián son "un referente turístico y cultural del municipio de Lubrín" y ha invitado a todos los almerienses a participar en este evento, "que hace referencia a un hecho histórico y sirve para preservar las tradiciones del municipio".
El alcalde de Lubrín ha explicado que la procesión en la que San Sebastián recibirá una lluvia de roscos de pan será el 20 de enero entre las 12,30 y las 13,00 horas. Además, ha destacado que la festividad de San Sebastián, aunque se conmemora en otros municipios, "aquí es especial por la cantidad de roscos que se tiran al paso del Santo y, por eso, la administración autonómica ha decidido nombrarla Fiesta de Interés Turístico Andaluz".
Ramos también ha desvelado que "es una tradición que viene de tiempo atrás y atrae a mucha gente de fuera, que viene a disfrutar de la procesión y, después, a comer el pan que se lanza junto a embutidos típicos del municipio".
Además, el alcalde ha ofrecido algunos datos característicos de la festividad, como el hecho de que se lancen tres tipos de roscos diferentes, "los grandes, decorados con huevos, que adornan el Santo al salir de la Iglesia; los medianos, que son los que se le tiran a San Sebastián durante la procesión y por los que se forma una auténtica pelea callejera para coger el máximo posible; y los pequeños, elaborados por los alumnos del colegio para venderlos y sacar dinero para el viaje de estudios".
También destaca el hecho de que haya "cuatro grupos de personas en la fiesta: los portadores del Santo, en su mayoría mujeres; los lanzadores; los rosqueros, que son los que pelean por obtener la mayor cantidad de roscos; y los espectadores, que miran atónitos la procesión, de recorrido corto, aunque muy lenta por la gran cantidad de pan que se lanza".
