La historia se repite y parece que no va a tener otro discurrir diferente por más que pase el tiempo. El Ayuntamiento portuense está sin quererlo admitir en un túnel sin salida por más que le pese a unos y a otros.
A los que intentan cambiar la dinámica de querer gobernar sin medios, sin ideas y sin mayoría y por contra, los que devuelven los métodos de la otrora oposición y hoy Gobierno.
Uno juega su papel de salir al paso y otros en consumir como buenamente pueden la legislatura a base del ‘no’ como recurso. Un jaque mate que no aventura más cambios ni más mejoras que el agotamiento por castigo.
Sin argumentos verídicos que hagan variar lo más mínimo, en la tercera semana de 2017, al Ayuntamiento no le salen las cuentas. Y seguirán sin salirle, porque por no haber no hay noticias ni de borradores.
Sin un Presupuesto que discutir, su gran baza participativa y ciudadana empieza a desmoronarse como un castillo de naipes. La gran apuesta de dar voz e intervención a los ciudadanos; la práctica empieza a ser bien distinta a la soñada teoría vendida.
Sin argumentos que rebatan y convenzan a la bancada opositora, el Pleno de enero volvió a dibujar un escenario bloqueado y encorsetado a más no poder. Los números no salen ni saldrán de los que pretenden hacerse imponer desde la inferioridad y la minoría.
Con tan solo ocho representantes componiendo el equipo de Gobierno -debe tomar posesión la recién concejal socialista Ana María Arias- de los 25 que componen el Consistorio, pretender salir airoso es cuanto menos iluso y utópico en su resolución positiva.
En esas se presentaba el equipo de Gobierno que nuevamente se ha debido reinventar y reconducir para tomar aire e impulso con un nuevo reparto de papeles. Seis meses es lo que ha durado la energía respecto a la anterior modificación.
Se “arrastran” hasta 2019
La complicación y frustración de sacar adelante cualquier propuesta va creciendo, pues a las contadas mociones llevadas a Pleno, las que finalmente son presentadas, son tumbadas. Bien por oposición o bien por omisión.
Lo cierto es que la proposición de modificación del Plan de Ajuste de cara a 2017, como era de esperar, no salió adelante.
Todo ello con la amenaza cada vez más real de la intervención por parte del Ministerio de Economía y Hacienda al Ayuntamiento portuense.
“
Parches” que van tapando la cruda realidad y el oscuro porvenir que les aguarda en el recién estrenado año.De la Encina quiso convencer sin éxito que ésta propuesta era únicamente “de carácter técnico y sin ningún matiz político”.
Pocos le creyeron. Como tampoco tuvo la menor credibilidad las proclamas de Antonio Fernández o de Ángel González dibujando recortes y complicaciones futuras ante la imposibilidad de sacar adelante tal modificación.
“Un bloqueo” que puede afectar a temas concretos y definidos como la limpieza de colegios o al servicio de Ayudas a Domicilio y que el Gobierno debiera dar respuesta y solución a una disyuntiva de la que es responsable en su gestión.