Hay derrotas que son dolorosas por inmerecidas y otras que son dolorosas por las secuelas que dejan como, verbigracia, la que el Xerez Club Deportivo cosechó el pasado domingo en el Primero de Mayo de San Juan de Aznalfarache y que ha dejado k.o. a Rubén Gómez y al capitán Barragán. Si a eso le añadimos los problemas laborales de determinados jugadores y la imposibilidad de poder firmar, porque los derechos federativos están bloqueados, la situación, a la espera de un encuentro crucial como es el del domingo ante el Puente Genil, se torna compleja.
Rubén Gómez salió en el segundo tiempo, tuvo un encontronazo con el portero rival, no se pudo recuperar, tuvo que ser trasladado a un centro de salud de la población del Aljarafe sevillano y padece fractura de clavícula por lo que se está hablando de un tiempo de inactividad entre dos y tres meses, por lo que casi puede despedirse de la temporada. Una baja importante ya que era un jugador que estaba siendo utilizado con asiduidad por Vicente Vargas.
Barragán se rompió a los veinte minutos de partido teniendo que ser sustituido por Alberto Orellana, que que casi no le dio tiempo de calentar, y sufre una rotura de cuatro centímetros en el cuádriceps lo que le dejará fuera del equipo durante el próximo mes o mes y medio.
Dos bajas sensibles que esta semana se unen a las de Javi Gómez, que es poco probable que pueda estar disponible para el próximo encuentro, lo que deja a la plantilla muy recortada de efectivos, sobre todo cuando hay algunos, como Carlos Álvarez o Ángel Corral, que el domingo pasado no pudieron entrar en la convocatoria como consecuencia de sus labores profesionales al margen del fútbol. De hecho, de cara al domingo son serias dudas desde ya por el mismo motivo.
Mientras tanto, toca pasar página del encuentro de San Juan, donde todo se torció desde el primer momento. La lesión de Barragán llegó acompañada casi de inmediato del gol local y a partir de ahí el equipo no se levantó.
