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Barbate

Expósito Sailor descubre Barillocín

El autor crea en su primera novela un pueblo ficticio en la costa gaditana que florecerá en la última etapa del franquismo

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  • El autor Expósito Sailor -

Un pequeño pueblo costero de la provincia de Cádiz que comienza a florecer en la última etapa del franquismo, ¿les suena la historia? Pues cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Nos encontramos en Barillocín, pueblo ficticio que da nombre al nuevo relato de nuestro colaborador y articulista Expósito Sailor, que con esta historia se embarca por primera vez en la aventura de la novela. En Barillocín vive Antonio Rodríguez, nuestro protagonista, un humilde albañil enamorado de dos cosas en la vida: su trabajo y su mujer. Antonio será testigo de cómo el pueblo en el que vive va evolucionando y enriqueciéndose gracias a la industria pesquera, al mismo tiempo que su amor hacia su profesión lo hacen ir escalando socialmente hasta convertirse en un importante empresario constructor de la localidad. Por el camino, Barillocín irá creciendo con una amplia variedad de cines, como también crecerá su hijo, con el que la trama adquiere un conflicto generacional.

Obviamente, Barillocín está inspirado en Barbate, aunque el autor también afirma que “podría ser Conil, Tarifa o cualquier otro pueblo de la costa gaditana”. De todas formas, añade que su intención fue que esta localidad ficticia “fuese como el Macondo de ‘Cien años de soledad’, un lugar donde está todo por construir y las cosas aún no tienen nombre, casi como era Barbate en los años 60”.

Homenaje a su padre

La historia de ficción contiene trazos de realidad de diferentes personas conocidas por el autor, destacando “mi padre, a quien le hago el homenaje a través del personaje de Antonio Rodríguez”. La intención de Expósito Sailor es clara: dedica su obra a los trabajadores de la construcción, “a la gente que levanta la cosas trabajando duro”.

Se trata de una novela que cuenta una historia bonita, tranquila, que se deja llevar, “donde no hay asesino ni asesinado”. Expósito Sailor ha intentado construir un relato agradable que cumpla la que, según él, es la pretensión de cualquier escritor, “ser leído, otra cosa es que guste o no”.

Por el momento, Barillocín puede adquirirse en el kiosko Orugo, el kiosko de Pedro y el estanco Ico.

Pero Expósito Sailor no se queda aquí. Además de sus artículos en cada Viva Barbate, ya tiene otras historias en mente. “Esto no se para nunca”, dice. Por lo pronto, prepara un libro de relatos cortos para el verano, “historias ligeras para leer en la playa”. Por último, le está dando vueltas a otra novela que tardará un poco, ya que “tendrá más enjundia”. 

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