En la presentación del estudio en Valencia, su director, Esteban Ibarra, ha destacado el “preocupante” caso de la Comunidad Valenciana, donde se han registrado más de 80 casos de este tipo de violencia, por detrás de la Comunidad de Madrid, donde hubo cerca de 60, y de Cataluña, con más de 40.
Junto a estas tres autonomías, que aglutinaron el año pasado la mitad de los incidentes, el informe detecta la emergencia de movimientos xenófobos y racistas en otras regiones que hasta ahora no los habían registrado, como Andalucía, Baleares, Aragón, Castilla y León y Murcia.
El estudio, que cumple una década y que respondía al asesinato de la dominicana Lucrecia Pérez en 1992, ha recogido desde ese año 80 asesinatos por motivos xenófobos o racistas, aunque Ibarra ha apuntado que “quedan más como indigentes quemados por la noche y sin nombre”, así como entre 3.000 y 4.000 agresiones en toda España.
Ibarra ha advertido del “desafío” de esta violencia en España y Europa ante la mayor coordinación de grupúsculos a través de internet, y la “debilidad institucional” que les permite organizarse y manifestarse desde los estadios de fútbol y conciertos de música, como los 22 localizados durante 2008.