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El Arcos naufraga ante el Espeleño en una tarde para olvidar

Desde la temporada 2014-15 no se encajaban cinco goles en el Barbadillo. Los de Rafael Escobar descienden hasta la última plaza de la tabla

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Habría que remontarse al 12 de octubre del 2014, con Queco Rosano en el banquillo del Arcos, para recordar una derrota en el Antonio Barbadillo (0-5 ante el San Fernando C.D. con Pepe Masegosa en el banquillo isleño) tan abultada como la que encajó ayer el Arcos de Rafa Escobar ante un Atlético Espeleño que fue de menos a más y que acabó sacando de quicio a jugadores y espectadores locales, que primero pitaron al equipo al acabar el encuentro, recriminándoles su pobre actuación, y que luego les recompensó con un cariñoso aplauso admitiendo el desastre y animándoles para que salgan del atolladero en el que se han metido tras las dos derrotas ligueras –farolillo rojo de la clasificación- y la eliminación de la Copa del Rey a las primeras de cambio.
Los blancos salieron bastante seguros, acosando la meta de un gran Adrián y dominando el juego ofensivo hasta que Maqui, haciendo de Zúñiga en el minuto 11, se sacó de la manga una gran vaselina adelantando a los de blanco. Era el fruto al juego desplegado hasta ese momento, donde nada hacía presagiar la posterior hecatombe de un Arcos desdibujado, una derrota tan sintomática como lo fue la histórica victoria de los blancos en Ceuta por 2-6 la pasada temporada y que tan maltrecha dejó a la entidad norteafricana para el resto de la competición. El disparo alto de Juan Gómez con la derecha en el minuto 14 puso fin al poderío local. A partir de ahí fue el Espeleño, dirigido por un gran Mario en el centro del campo, bien escoltado por Juanito y Alfonso Castellano, el que llevó la voz cantante hasta el descanso, borrando del campo a los del Barbadillo con los goles inapelables de Cristian y el doblete de Diego, otro de los destacados en las filas cordobesas, con la complacencia de un defensa arcense tan blanda y pasiva que apenas despejaba con decisión los balones que llegaban a su área ni se aplicaba adecuadamente en las tareas de marcaje como era de esperar. A la zaga arcense se le acumulaban los problemas y los delanteros espeleños le llegaban por dentro y por fuera sin que nadie pudiera cortar la sangría. Ante la inoperancia atacante local, los de Espiel montaban rápidas contras o se aprovechaban de la pésima salida de balón de la zaga arcense, que todo lo fiaba al pelotazo hacia adelante a ver qué salía. Tampoco el centro del campo blanco era capaz de elaborar el juego al que nos tenía acostumbrado y tanto Juanca, como Manzano y Juan Gómez no daban con la tecla para meter balones a los de arriba, donde destacaban por su pundonor y entrega tanto Maqui como Antonio Sánchez. Atrás solo se salvaba Gabi, mientras que los laterales Cortijo y José Mari se veían en apuros tanto en tareas defensivas como a la hora de sacar la pelota con limpieza. Cristian empató en el minuto 27 aprovechando uno de los tímidos rechaces de la zaga arcense; Diego, cinco minutos después, se adueñaba de un balón cedido a Montiel por Gabi que se quedó a medias haciendo el segundo, y en pleno descontrol local, el mismo Diego se sacaba un potente disparo a media altura que Montiel trató de desviar a córner con la mano izquierda sin poder evitar el tercer mazazo consecutivo.

El descanso atemperó los negros presagios que sobrevolaban el Barbadillo, que registró una pobre entrada para ser el primer partido de liga viniendo de una promoción de ascenso a Segunda B en la mejor clasificación histórica de los blancos en Tercera. Los cambios introducidos por Escobar para revitalizar a su equipo –Zúñiga por José Mari y Sergio Rodríguez por Manzano- dieron un resultado aparente que no se reflejó en el marcador. El equipo se lanzó a un desesperado ataque sobre la meta de un inconmensurable Adrián, que sacó balones de gol a Maqui (min. 54) y a David Camps (min. 60 y 76), más los remates con peligro de Antonio Sánchez (min. 55) y de Oca (min. 56), pero el Espeleño cerraba todas las líneas de pase a pesar de la buena actuación de Sergio Rodríguez y de Dani Zúñiga, aunque se abusaba del centro llovido y del pelotazo arriba, que hacía más fácil el trabajo de los zagueros visitantes. La entrada de Juanito Bazo por Guti en el minuto 76 en las huestes cordobesas en el minuto 76 iba a resultar decisiva ya que a los siete minutos de aparecer en el terreno de juego se hizo con otro flojo rechace de la defensa local para marcar el cuarto y en el 90 se revolvió en el área disparando abajo al palo largo logrando uno de los goles más bonitos de la tarde. Incluso en el minuto 93 pudo haber logrado el tercero de su cuenta y el sexto de su equipo, pero el poste izquierdo de la portería del Arcos lo evitó.
El domingo en Los Barrios duelo de colistas entre dos equipos que aún no han estrenado su casillero de puntos y regreso de Escobar al San Rafael, su estadio de la pasada temporada, en la que salvó a La Unión del descenso de categoría. Buen escenario para iniciar la remontada arcense después de ver cuáles son los males del equipo, pero hay mucho trabajo acumulado para dar la vuelta a la tortilla. Tiempo hay de sobra para ello.

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