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Lunes 20/05/2024  
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Huelva

La final tendrá su ‘última cena’

El domingo de semifinales ha dejado tras de sí una buena noche de carnaval

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  • carnaval colombino -

Domingo de semifinales y la tensión ya se empieza a respirar en el ambiente. El apoyo de los seguidores de los distintos grupos juega un papel importante en este desenlace, que requiere de estrategias que vayan más allá de la propia calidad de los repertorios, voces y montajes, sobre todo en la modalidad de comparsas, que en algunos ‘puestos’ están muy reñidas.

Para algunos autores y directores, todo es cuestión de miras y necesidades aquí y ahora, en esta fase en la que deberán arriesgar y tomar decisiones lanzando las mejores letras o guardarlas para la gran final, un riesgo que puede costar muy caro. Abre telón uno de los dos coros que pasarán por esta segunda fase, ‘La centuria’, que muestra un repertorio muy digno y que, particularmente, me faltó ese impulso que pudimos vivir en el final del repertorio. Todo un honor disfrutar de esta modalidad que espero tenga una larga vida.  

Sale a escena la comparsa ‘Los ayudantes’ que dirige Miguel Sandino, coronándose en esta nueva modalidad a la que se enfrenta. Sobresalen en la presentación, en la que explican perfectamente el personaje, como debe ser, sin el apoyo de pasodobles que redunden en el mismo tema. Aceptables letras de pasodobles de Jonatan Nieves y cuplés con cierto toque chirigotero -la suegra es ya un clásico- que rematan con un precioso estribillo: “Yo que puse rumbo al paraíso y pensé que era para siempre”.

Del popurrí me quedo con una de las cuartetas que bordan a la perfección. Otra seria candidata para estar entre las grandes. Cambiamos de modalidad en la siguiente actuación con la chirigota ‘La última cena’, de la peña de ‘Los pollos/callejera’, que vuelve a mostrar sus cualidades artísticas en todos los contextos. Chirigota muy por encima del nivel que se observa este año, posicionándose como el posible primer premio en esta modalidad, según mis criterios, claro está. Los de Manuel Tirado vuelven a mostrar una estructura lineal en el escenario, hecho que ya les resultó muy atractivo en otros certámenes.

Simpáticas cuartetas que interpretan con soltura, dadas la dotes interpretativas de muchos de los integrantes, e insisto, Pepe Alvarado ‘Gorca’ se hace dueño del escenario, siendo la atracción permanente que engrandece el repertorio. Buenas letras de su primo Pepe Alvarado y Emilio Gutiérrez, que este año dan con la tecla en un repertorio que logran levantar al público asistente. Fali Ramos hace su segundo pase con su comparsa ‘Los batallitas’, con una presentación en la que se metió al público en el bolsillo. Letras muy localistas y centradas en este carnaval, dado el tipo que nos traen este año: un carnaval venido a menos, que ha ido involucionando en su historia. Se agradecen menciones a grandes personajes de nuestra fiesta, así como a peñas que marcaron una etapa en este carnaval.

El disfraz está muy bien cuidado, o mejor dicho, está maltratado, como así lo requiere el personaje en cuestión, con detalles muy significativos de cómo se encuentran actualmente las carnestolendas onubenses: la soga en el cuello es un símil que dice más de lo que aparenta. Musicalmente es un placer oír a este grupo, que mejora mucho con respecto a su primer pase, con un pasodoble precioso. Los cuplés no han sido su fuerte y cambian el recurso interpretativo con respecto al pase anterior, rematando con un bonito y pegadizo estribillo: “Si me prestas el oído yo te regalo mi boca”. Cierra la jornada la chirigota ‘La cosa es quejarse’, que supera con creces su primer pase en esta segunda fase.

Me quedo sin duda con la presentación: bien interpretada, con buenas letras y sonando bastante bien, y en su justa medida. Estos nuevos ricos, a los que les toca la lotería, hacen gala de estar por encima del mundo,  una cruda realidad a la que Horacio Blanco le saca un buen partido. Suena Sabina en sus inicios, con puro y bata acorde con el escenario, una estrambótica horterada que llevan a gala.

Estos ‘Millonetis’ toman las riendas en los pasodobles, dedicando una interesante letra a Huelva, que es muy bien recibida. Me gusta el inicio de los cuplés, con esa repetición que se te queda rápidamente, aún sigo cantando: “La juventud, la juventud...” y rematan con un buen estribillo que pudimos corear: “Me quejo, me quejo, porque soy de Tariquejo”. El popurrí lleno de cuartetas al tipo y finalizan con un doble juego, en el que exponen que aquí cantamos por amor al arte... Otro buen día, que espero sigamos viviendo.

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