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Danza Mobile, las artes escénicas para comunicar la diversidad

La compañía Danza Mobile recibe este lunes el Premio Max Social reconociendo un proyecto artístico que abre "una vía de comunicación" a la diversidad funcional

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La compañía Danza Mobile recibirá mañana lunes el Premio Max de carácter social como reconocimiento a un proyecto artístico que abre "una vía de comunicación" a personas con discapacidad intelectual, enriqueciendo el escenario desde la diversidad funcional.

Así lo entendió hace 23 años la bailarina Esmeralda Valderrama cuando creó, junto al psicólogo Fernando Coronado, una escuela de danza para "trabajar con la diversidad" porque entendía que "energías diferentes, cuerpos diferentes podían aportar mucho sobre el escenario".

Empezaron con 15 personas y un local "muy chiquitito", con profesores profesionales de las materias de artes escénicas y plásticas, que imparten un proyecto abierto "a todo el mundo" pero al que empezaron a acudir personas con discapacidad intelectual gracias "al boca a oreja".


De la escuela nació la compañía Danza Mobile, que Valderrama cree que se puede considerar profesionalizada desde 2001 y que hoy componen seis bailarines con síndrome de Down: José Manuel Muñoz, Jaime García, Helliot Baeza, Reyes Vergara, Teresa Rodríguez e Irene Crespo.

En este tiempo han puesto en marcha 25 espectáculos con más de 500 representaciones, participando en festivales nacionales como el Forum de Barcelona, el Festival de Música y Danza de Granada, la Bienal de Flamenco de Sevilla, La Casa Encendida de Madrid, Eclèctic de Tarragona o 10Sentidos Valencia, entre otros, además de actuar en países como Reino Unido, Alemania, Austria, Chequia, Italia, Suiza, Francia, Holanda, Turquía, Rusia, Bélgica, Marruecos y Jordania.

Para la directora, el Premio MAX es un reconocimiento a estos años de trabajo y a todas las personas que han hecho de Danza Mobile "una forma de vida" y aunque el galardón corresponde a la categoría "Aficionado o carácter social", Valderrama hace hincapié en que para sus creadores "nunca fue un proyecto social sino un proyecto artístico" realizado por profesionales para dar una formación igualmente profesional utilizando el arte.

Cambiar la sociedad para que tras una persona con síndrome Down los demás vean otras cosas de ella más allá de su discapacidad intelectual, dando a través de la danza y el arte "un medio de comunicación a personas" que quizás no se expresan verbalmente bien pero "no significa que no tengan nada aquí", dice señalándose la cabeza.

"Para mí el arte es una vía de comunicación muy, muy potente, un lugar donde nos encontramos todos", defiende.

En ello incide el psicólogo Lutgardo Rivera, quien tras haber trabajado en centros ocupacionales para personas con discapacidad señala que "lo peculiar de Danza Mobile es el uso de las artes como herramienta para trabajar, poner en contacto el arte y el mundo de la diversidad y eso enriquece tanto a un mundo como a otro".

Rivera deja claro que en Danza Mobile no hacen "danzaterapia o psicodrama" sino danza, música o teatro a secas con personas con discapacidad intelectual que "en el momento en que encuentran una vía de comunicación, el comportamiento es mucho más normalizado".

Parten de la base de que "todas las personas tenemos cosas que contar, si se posibilita que lo hagan eso enriquece" al resto y si se trata de gente con algún tipo de dificultad, como las que todos tenemos, se les presta un apoyo que en este caso "viene del mundo del arte, de la creatividad" que facilita "dar soluciones".

José Manuel Muñoz es uno de los componentes más veteranos de la compañía donde dice ser "feliz", estar "tranquilo" y no ponerse "nunca" nervioso cuando sube al escenario, siempre "con calma" y diciéndose "adelante".

Lleva a sus espaldas varios montajes y reconoce que "lo mejor" son los aplausos del público.

Igual de veterana es Carmen Candelera, que ingresó con 6 años aunque lo suyo es la música, en concreto "el xilófono" que le gusta desde pequeña, y también "la fotografía", porque se siente ante todo "artista".

La compañía puso en marcha el año pasado una formación de ocho músicos que ha dado conciertos con la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla.

El proyecto Danza Mobile cuenta con un centro ocupacional, que en este caso se llama centro de creación, con 28 alumnos de los que salen los componentes de la compañía tras recibir la formación profesional y ser seleccionados.

Además, un centenar de alumnos de todas las edades reciben clases de teatro, música, danza o artes plásticas en la escuela por las tardes de una forma más lúdica y desde el año pasado dan clases de verano para los más pequeños.

Mañana en la gala de los Premios MAX, que se celebra en Sevilla, uno de los bailarines, Helliot Baeza, mostrará en escena parte de un montaje en solitario que lleva su nombre, mientras Reyes Vergara y Teresa Rodríguez ultiman los ensayos del último espectáculo de la compañía, "Society (políticamente incorrectas)", una visión femenina del mundo protagonizado por cinco mujeres que se estrenará el martes en la Sala La Fundición.

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