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Jaén

“Los cambios de sonido hacen que la guitarra tenga alma”

Manuel López lleva 7 años realizando guitarras flamencas y clásicas en La Magdalena y su proyecto es abrir la primera escuela de lutería de guitarra española

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  • Manuel López. -

La ebanistería ha marcado su vida laboral y el contacto con la madera lo ha llevado a desarrollar, de forma autodidacta, el que hoy es su oficio, la construcción de guitarras clásicas y flamencas desde el taller de su domicilio, en el barrio de La Magdalena, donde este ubetense afincado en Jaén desde hace 17 años se ha dado a conocer como guitarrero. Manuel López (1969) le tiene mucho respeto a la palabra lutier. “Prefiero que me llamen guitarrero”, reconoce.

Se presenta como constructor de un instrumento al que considera parte de su vida. Hace siete años que se dedica profesionalmente a hacer guitarras, un oficio derivado de su formación en Ebanistería Artística, donde se inició con 14 años. Con un cuarto de siglo de experiencia en el diseño y la artesanía de los muebles, Manuel López se ha hecho un nombre en Jaén y en el territorio nacional con la construcción de guitarras y cajones flamencos, estos últimos representados por Lolo Plantón, percusionista de Vicente Amigo.

“En la provincia no existe formación reglada y aprendí de forma autodidacta. Es un oficio en el que siempre innovas y nunca terminas de aprender. Es complicado entrar porque estamos hablando de sonidos”, explica.


A Manuel López le gusta que sus guitarras suenen más a agudos que a graves. “Lo más complicado es sacar a una guitarra los sonidos agudos. Es donde se ve si eres un buen constructor y todo el esfuerzo que viertes en ella”, asegura.

La primera habitación que uno encuentra al entrar en su casa la tiene dedicada a la exposición de sus guitarras y es donde da los últimos retoques, donde las pruebas. Es entonces cuando llega la nostalgia, pues Manuel López fue guitarrista de flamenco y aunque nunca se subió al escenario, la guitarra ha sido su compañera de vida. Con sólo 22 años se cortó las falanges de dos dedos de su mano derecha y tuvo que dejar de tocar. Sin embargo, ha tenido la ‘capacidad’ de seguir con su pasión. “Cuando tocaba, siempre tuve en mente hacer guitarras. Ahora sólo puedo probarlas y me provoca nostalgia. Ver una de mis guitarras en el escenario es muy ilusionante. Cuando una guitarra sale de mi casa, se va una parte de mi”, dice.

Y de su casa han salido en estos años más de 25 guitarras flamencas y clásicas, pero sólo una para la capital. “Nadie es profeta en su tierra. En Jaén no tenemos el concepto de quedarnos con lo nuestro” dice el artesano, que trabaja para Andalucía, España y se está abriendo camino en Suecia. Sin embargo él apuesta por Jaén y el gran proyecto de su vida quiere anclarlo a esta capital.

Manuel López quiere abrir en la ciudad la primera escuela de lutería de guitarra española homologada en el país. “No existe titulación homologada. Sería una oportunidad para promocionar la guitarra española y sus 35 formas de construcción generadas en este tiempo”, valora. Reconoce que lleva dos años trabajando en el proyecto, junto a un constructor francés, y que las conversaciones con el Ayuntamiento se han producido, pero sin respuesta. “Están interesados en Granada, pero nos gustaría que se abriera en la capital. Atraería alumnos de diferentes países”, avanza.

De su oficio destaca la “satisfacción” de ver el instrumento terminado. “Lo pruebas y te das cuenta que desde el momento en el que lo terminas, la guitarra cambia de sonido por sí sola. Es como si tuviera alma”, explica. Al año hace una media de diez guitarras, todas personalizadas, con un sello propio, el de un hombre volcado en cada detalle, en el mimo de la madera. Y así ha sido desde los inicios.

Su primera guitarra nunca le vendió. La tiene expuesta en la sala donde se encierra a ultimar las guitarras terminadas. Tampoco vendió la segunda, ni la tercera. La primera que salió de su taller fue su cuarta guitarra y se la encargó una persona que cuando escuchó el sonido de Manuel López lo asemejó a la de las guitarras de Manuel Reyes, el mejor constructor del país.

Las redes sociales son su plataforma y las guitarras que tiene en la calle. “Es importante que te conozcan”, dice. Y cada día este amante de la guitarra y el flamenco es más conocido, también por sus colaboraciones con la Escuela de Flamenco El Tabanco, en la capital. “Estoy encantado en Jaén, donde el flamenco parece que está despertando”, termina.

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