Ideas innovadoras, que con el verano resultan más refrescantes para todo tipo de público. Desde los más pequeños hasta aquellos que quieren darle un giro a la rutina veraniega. El Museo provincial de Cádiz, de la mano de su nuevo director, Juan Ignacio Vallejo, ha estrenado este mes de julio unos talleres semanales, con dos sesiones, con temáticas que van desde los juegos de la antigüedad, hasta la religión a través de los ojos, los pies y las manos, pasando por los retratos. El hall de entrada del Museo se llenaba de pequeños de entre diez y cuatro años, más o menos, que pusieron el listón muy alto tanto para visitantes como para próximos participantes en talleres. Atendieron a las explicaciones del nuevo director, quien supo acercarse a los más pequeños en un tono menos aburrido para hablar sobre los orígenes del ‘selfie’.
‘Por tu cara bonita’. Así se llamaba el taller, que llevaba como imagen el autorretrato de Victoria Martín del Campo, una de las pocas pintoras reconocidas en Cádiz, que vivió entre 1754 y 1869.
Unos 26 niños, acompañados en algunos casos por sus familiares, atendieron a un recorrido por la historia que comenzó con el ejemplo de un ídolo cilíndrico con rasgos faciales. Ese es el primer ejemplo de ‘retrato’ que puede verse en el Museo de la plaza Mina. Se pusieron sobre la mesa conceptos sobre el arte en sus orígenes donde primaba más la visión de grupo antes que la identificación del sujeto. Donde en un primer momento sólo aparecían los ojos como identificación de los rasgos faciales de algún antepasado. Después con los fenicios, con la presencia de los sarcófagos se identificaba el género y el contexto social del sujeto: si era hombre o mujer o su estatus por la vestimenta y los abalorios. Los pequeños también conocieron de primera mano por qué se colocaban a modo de retrato unas máscaras donde aparecía la cara de una persona sin identificar.
El recorrido continuó por la época romana con Trajano, Livia, Druso y Germánico, donde se ya se ofrecía un retrato más acorde con el personaje al que se pretendía ensalzar. ¿Por qué se sabe que es ahí cuando empieza a retratarse con mayor fidelidad al personaje? Por la existencia de otras estatuas similares donde el personaje tiene los mismos rasgos, explicó Vallejo. También ahí se percibía el escalafón que ocupaba la persona especialmente por las túnicas que visten a las estatuas. Los pequeños asistentes preguntaban, opinaban e incluso se atrevían a vaticinar respuestas que en muchas ocasiones coincidían con la verdad.
Daba gusto ver cómo conocían los nombres de Cádiz en romano o en fenicio o cómo eran capaces de identificar diferencias entre una época y otra. Tras los romanos, llegó la pintura de la mano de una copia de Jack Van Eyck, un autorretrato de Alonso Cano, con distintas posturas, o la aparición de ciertos efectos caricaturescos en una obra de una familia, así como la obra de una figura clave del neoclasicismo gaditano Victoria Martín del Campo.
Para finalizar, se llegaba al siglo XX con un retrato de cuerpo entero en tonos azules de Ignacio Zuluaga a Micaela Aramburu.
Los pequeños, después de la magnífica explicación del director del Museo, diseñaron sus propios retratos, cada uno a su estilo, desde el más realista, hasta el más metódico, pasando por algunos muy conseguidos y otros más alternativos. Los talleres se desarrollarán en julio “con la intención de que los más pequeños se acerquen al museo, de una forma más voluntaria, excluido del ámbito escolar, dándole así otro aire y contexto al ocio de los más pequeños”. Para agosto habrá otras dos actividades, una relacionada con animales y otra con un juego de búsqueda.
Los jueves de julio, por la tarde, se realizan visitas temáticas. Las próximas abordarán temáticas como la comida de la Edad Media y las Mujeres en el arte.
