Con una mirada más profunda y rigurosa sobre el peligro que sobrevuela al “contrato de las corbetas”, me resulta perentorio recordar que la responsabilidad de que la Bahía de Cádiz se haya convertido en un pozo negro de desempleo y de emigración, durante los últimos 40 años, tiene nombres y apellidos: PSOE y PP. Los primeros por poner en marcha una mal llamada reconversión naval, que dejaba a los astilleros heridos de muerte; y los segundos, por rematar la faena, despreciando la situación de miles de familias de toda Bahía, entre las cuales se encontraba la mía.
Mi posición personal es sobradamente conocida y clara, aunque en su momento me costase desencuentros con personas de mi ámbito político. Pero me reitero una vez más en ella si hace falta: ¡que vengan los pedidos!
Por eso que no venga ahora nadie a sacar pecho para intentar rentabilizar políticamente nuestro drama. Que no venga nadie a soltarnos soflamas en torno a la defensa de Navantia, que si vive en la actualidad, absolutamente presa de la dependencia de la industria militar, es porque tanto PP como PSOE han hecho una nefasta política de gestión de nuestros astilleros. Esos mismos astilleros a los que dicen defender y a los que históricamente no han parado de dar la espalda.
Hace años que podía haberse puesto en marcha una política de diversificación de la producción, equilibrando los pedidos de la industria militar con la civil, la comercial, la eólica de off shore… pero no. Nuestros gobernantes prefirieron condenar a Navantia a los vaivenes antojadizos de economías ajenas a nosotros mismos. Y así nos va.
Carga de trabajo, plan industrial, diversificación de la producción, rejuvenecimiento de las plantillas, capítulos presupuestarios suficientes y claros, esto es lo que hace falta. Ya lo hemos dicho, hemos presentado propuestas, como partido, con los colectivos y sindicatos. ¿Qué más quieren? ¿Qué más les hace falta para comenzar a pensar y a actuar de manera diferente para lograr objetivos distintos? Déjense de la constante zozobra de sus excusas. Ahora les toca dar la cara y demostrar que en esta ocasión estarán con nuestros astilleros y con todas esas familias a las que una vez nos dejaron en la estacada. ¡No escurran más el bulto y garanticen la carga de trabajo para nuestros astilleros!
Mi posición personal es sobradamente conocida y clara, aunque en su momento me costase desencuentros con personas de mi ámbito político. Pero me reitero una vez más en ella si hace falta: ¡que vengan los pedidos!, los firmados y los que estén por firmar, pero que, para intentar eludir responsabilidades que son de su más estricta competencia, porque son ellos los que dirigen y controlan Navantia, no vuelvan a atreverse a intentar ponerme en la misma situación de hace unos meses, en la que parecía que quien tenía que firmar los contratos era yo personalmente.
Son ellos y solo ellos los únicos responsables tanto de la ejecución o no de los contratos, como del futuro desarrollo de un plan alternativo para nuestros astilleros. En aquel momento di la cara, como la vuelvo a dar hoy. Pero entonces y ahora mi sitio está con los trabajadores y trabajadoras del metal, desde donde les exijo tanto al PP en aquel momento, como al PSOE ahora, que no sean cobardes, que no engañen, que no escurran el bulto y que, de una vez por todas, se pongan a trabajar para asegurar el sostenimiento de la carga de trabajo, para generar empleo de calidad y la soberanía suficiente como para garantizar también el respeto a los Derechos Humanos, para que nadie nos obligue a decidir entre defender el pan o la paz. ¡Desvuélvannos nuestro futuro! el futuro de nuestros astilleros y el de las familias de toda la Bahía. Ese mismo futuro que un día nos robaron.