La semana pasada ha sido para mí una semana de duros contrastes. Me han ocurrido cosas que me han exigido saber poner toda mi atención en lo que cada una me exigía.
Por fin llegó el viernes, y pude asistir a la presentación del libro de una buena amiga, Isabel Miralles, donde nos mostraba a todos los asistentes un nuevo concepto: la “Metagestión”.
Lejos de ser un palabro extraño, con una etimología aún más rebuscada, resulta que en concepto es algo básico, entendible, y sobretodo, muy recomendable, la gestión de los esfuerzos para conseguir nuestras metas, ya sean personales, profesionales, empresariales, etc.
Pues, puesto a pensar, y habiendo saltado a la palestra el pasado día veinticinco el estudio de la OCU (organización de Consumidores y Usuarios), en el que se ponía en entredicho la veracidad del etiquetado de la mitad de los aceites de oliva virgen extra que habían recogido de los lineales de cadenas comerciales muy relevantes en España, no nos vendría mal aplicarnos esta nueva doctrina.
Según este estudio (está colgado en la web de la OCU, en www.ocu.org ), de cuarenta y un aceites analizados, veinte no podrían catalogarse como “extra”, y quedarían como aceites de oliva virgen, simplemente. Aceites de las marcas Carbonell, Koipe, Coosur, Covirán, Día, Hacendado, La Masía, Lidl, o La Española se encuentran entre ellos.
Esto ha causado un revuelo en multitud de foros, y como es normal en este país, la gravedad de lo publicado se ha intentado diluir de varias formas, la más recurrente la de poner en cuestión la objetividad del Panel Test, un método totalmente validado y consensuado, que es la única herramienta existente para diferenciar estos aceites, y que está sufriendo insistentemente un acoso y derribo por las partes que no le interesa la calidad, ni la claridad en este mercado en el que Jaén se juega mucho.
A ver, señores, no me cuenten historias, un fraude es un fraude, y no lo llamen o lo vistan de otra forma. Esos aceites deberían de estar fuera de esos lineales. No son insalubres, pero no están etiquetados acordes a su contenido; esto es, simplemente, una estafa.
Es la hora de establecer nuestras metas, saber donde queremos llegar. ¿queremos luchar por la calidad?, ¿queremos ser un referente mundial en nuestro producto estrella?, o ¿queremos simplemente cosechar y vender nuestro aceite a grandes envasadoras y comercializadoras?
A partir de saber nuestra meta, trabajemos con ahínco para conseguirlas, pero todos a una. Pongamos en evidencia a aquellos que ponen palos en las ruedas de la bicicleta, incluidos aquellos de nuestra tierra.
Quizás hoy sea el primer día de nuestros últimos 10 años.
