La delegada municipal de Cultura, Pepa Vela, y el director del Museo de Chiclana, Jesús Romero, han inaugurado la exposición ‘La Muerte en la Antigua Roma en los Grabados de la Obra de Monrfaucon’, que estará abierta al público hasta el 3 de marzo del próximo año. Se trata de doce grabados originales de finales del siglo XVIII, que expresan desde el velatorio de una mujer romana hasta los sepulcros o los epitafios.
En estas fechas dicta la tradición recordar de manera especial a los difuntos, recuerdo nada inoportuno si se piensa cómo se han ido alejando cada vez más los enterramientos, a diferencia de aquella novela de Saramago donde las tumbas invaden las calles por donde transitan los vivos, de los núcleos poblacionales abriendo una frontera visible entre vivos y muertos, que vuelve a éstos invisibles y a aquellos inconscientes o, al menos, olvidadizos no sólo de los otros, sino de sí mismos.
La delegada de Cultura ha explicado que “en la antigua Roma, los muertos seguían formado parte de la sociedad y, mediante las exequias, recibían sencillamente nueva residencia entre nosotros, mudanza apenas de lugar la necrópolis”, destacando que “aunque clases, y clases siempre hubo, para todos, de un modo u otro, permanecían más que marchaban los ausentes”. Además, ha animado a toda la ciudadanía a acudir a esta cita.
‘Funus’ era el nombre que se daba a ese periodo que se extiende desde el momento mismo del fallecimiento hasta los honores últimos que, tras el enterramiento, la persona fallecida recibía. De este periodo trata esta nueva exposición temporal del Museo de Chiclana, que, a través de los grabados de la ingente obra de Montfaucon, acerca al visitante al tratamiento antiguo de esta realidad de siempre: la muerte como cosa de los vivos.
Por su parte, Jesús Romero ha explicado que esta muestra se une a los dos relacionadas con la antigua Roma que el Museo ha acogido en lo que va de año, en esta ocasión, “haciendo alusión a la fecha en la que nos encontramos, con unas obras que detallan la tradición funeraria”.