Un total de 23 parejas de Ibis eremita han nidificado este año en los dos núcleos reproductores que ocupa la especie en la comarca gaditana de la Janda, uno en el tajo de La Barca de Vejer de la Frontera y otro en Conil de la Frontera, una cifra que "confirma la estabilización de las poblaciones de esta especie amenazada".
Así lo ha puesto de manifiesto este sábado la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio en una nota de prensa en la que ha concretado que, según los censos que maneja, se ha comprobado también que durante 2018 han logrado volar 27 pollos, los cuales han sido anillados antes de abandonar el nido para poder identificados y controlarlos en el campo, una vez que dejan la zona de cría.
Los datos de seguimiento constatan también la consolidación de sendos núcleos reproductores, incluso tras "situaciones críticas" como la acaecida en 2017, cuando la predacción por parte de un búho real en la zona de La Barca de Vejer produjo la muerte de varios adultos y pollos y el fracaso de la colonia en la que solo logró volar un pollo.
La Consejería ha destacado además que fuera de la época reproductora, los ejemplares de esta especie tienen dos zonas principales de campeo, el complejo de Montenmedio, en la campiña de Vejer y Barbate, y los campos de golf de Novo Sancti Petri.
Programa Eremita
El programa Eremita engloba estas iniciativas para crear en la comarca de la Janda "una población estable y autosuficiente" de esta especie, clasificada en el catálogo andaluz de especies amenazadas como extinta, "aunque en proceso de ser reclasificada como 'En peligro' gracias a su reintroducción". Lo inició la Junta de Andalucía en 2003, en colaboración con el Zoobotánico de Jerez de la Frontera y con el asesoramiento científico de la Estación Biológica de Doñana y del Grupo Internacional de Expertos en Ibis Eremita.
La Junta ha enfatizado que gracias a esta iniciativa se ha logrado el mantenimiento de las colonias gaditanas, algo que ha señalado como "un hito en la conservación de una de las aves más amenazadas del planeta". Además, ha argumentado que este hecho la consolida también como "la segunda colonia más importante en el mundo", debido a que, según ha asegurado, sólo existen parejas reproductoras de esta especie en Marruecos (120 parejas) al haberse extinguido en los últimos años en Oriente Medio.
Así las cosas, estas poblaciones de ibis la hacen una "especie única en Europa" y un "atractivo para el turismo vinculado a la observación de aves y fotografía de la naturaleza". En este sentido, la Junta ha calificado al turismo verde como "una de las alternativas más claras para el desarrollo socioeconómico", ya que el auge de esta actividad conlleva nuevas posibilidades laborales y económicas desde el respeto a la propia naturaleza y a los habitantes de los municipios en los que se asientan.
El Ibis Eremita (Geronticus eremita) es un ave colonial con un tamaño medio de 70 a 80 centímetros de altura que habita en zonas áridas o semiáridas de estepas, pastizales y campos de cultivo. Se alimenta principalmente de insectos y de pequeños vertebrados, nidifica y tiene su refugio en cortados y acantilados costeros.
La Consejería ha remarcado que la poblaciones del ibis eremita han sufrido un "dramático declive" a lo largo de los últimos siglos, provocado por la perdida de hábitat, persecución, y molestias causadas por el hombre, contaminación en tejido por pesticidas y la agricultura intensiva.