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Pasarelas azules

Málaga, además de su ombligo que es calle Larios, es la Costa. Y toda la costa solo son 160 km de playas, casas y pasarelas azules

Publicado: 21/02/2019 ·
15:13
· Actualizado: 21/02/2019 · 15:14
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Autor

Ángel Pérez Mora

Escuela de Arquitectura de Málaga. Autor del proyecto de Rehabilitación del Palacio de la Aduana y Plan Especial de Baños del Carmen

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A lo largo de la carretera de la costa, las vemos y parecen saludarnos a nuestro paso. Entre la indiferencia y el temor las miramos, pues a veces en ellas se esconden esos radares que multan por la espalda como las cámaras de la ciudad vigilada de MinorityReport. Estamos acostumbrados a verlas pasar por encima nuestro y casi siemprevacías. Cuando al parecer son imprescindibles para que media costa del sol pueda ir a la playa con sus bañadores y sus cosas.

Málaga, además de su ombligo que es calle Larios, es la Costa. Y toda la costa solo son 160 km de playas, casas y pasarelas azules. Miles de casas, unas horteras, otras maravillosas y la mayor parte sencillas donde viven ya un millón de personas. Y muchas casas, aun por hacer, para otro millón que quiere venir desde todas partes de Europa.

A veces, conduciendo, intento imaginar qué pasaría si al conducir por la antigua carretera CN-340 solo viésemos algo de cielo cada media hora. Y pienso que no estaría mal que toda la carretera que discurre entre Málaga y Manilva estuviese cubierta o soterrada como dicen ahora.

No hay más remedio que trazar una verdadera autopista a 20 o 30 kilómetros de la costa. ¿Qué hay altas montañas? Desde hace 60 años, la autopista mirador del sur de Francia, discurre a buena altura y salva la Costa Azul de los coches, camino de Italia. También podemos disfrutar del mar desde muy arriba, sin ir muy lejos; si decidimos seguir la costa, a través de las montañas de Granada, camino de Almería.

Eso que entre todos llamamos “la Costa” es ya nuestra Gran Ciudad y debe empezar a pensarse como tal. Lo que ahora une y divide poblaciones y urbanizaciones no es otra cosa que una carretera  que en el 92, pasó en un verano, de cuatro carriles con semáforos a autovía con mil entradas y salidas.La costa será ciudad de verdad cuando en lugar de su terrorífica autovía tenga una gran avenida sin pasarelas azules.

Todos los años, vendedores de vacaciones, venden a medio mundo playa a la que muchos solo podrán llegar desde una pasarela azul. Verano a verano, el noruego y el de Torrelodones, con sus colchones hinchables, tienen su primer encuentro con el mar un tanto triste,  bajo y el sol y sin los pies en la tierra, a 5 metros de alto, suspendidos sobre una ráfaga de coches.

Hombres libres de Europa nos frecuentan cada año. Muchos se van para volver y si pueden para trabajar dese aquí.  Cuando camino de Marbella, no podamos ver el sol desde los techos solares de nuestros monovolúmenes, la Ciudad-Costa estará más cerca. Cuando el suelo se trague la carretera, la tierra llegará de verdad hasta el mar y la Costa de Málaga alcanzará el cielo.

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