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Jaén

“Hay que restaurar el patrimonio y hacerlo visitable”

En Cultura VIVA, Luna Biedma (Úbeda, 1986), Historiadora del Arte y co-directora de Cláritas Turismo

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  • Luna Biedma. -

Nació en Úbeda hace 33 años y lleva afincada en la capital una década, tiempo suficiente para conocer cada rincón como jiennense de adopción aventajada, por ser Historiadora del Arte y co-directora de la empresa Cláritas Turismo, con la que desde hace seis años hace un guiño a Jaén, ofreciendo experiencias turísticas y culturales que muestran su riqueza en patrimonio material e inmaterial.

Luna Biedma encuentra en su trabajo una forma de ejercer la docencia, como guía turística y cultural, un binomio “perfecto”. Si la historia es su “verdadera pasión”, la docencia siempre le ha atraído y, cada día, comparte sus conocimientos con jiennenses y visitantes. “Es una satisfacción que lleguen a Jaén con una idea y se marchen con otra más positiva”, dice, a la vez que advierte de que “para que una ciudad llegue a los de fuera, tiene que llegar primero a los jiennenses”.

Y en ello está. “Trabajo por y para la ciudad y para que los jiennenses ganen en conciencia. Se está consiguiendo. Me duele que los jiennenses digan que en esta ciudad no hay nada. Jaén es desconocida para sus ciudadanos y para visitantes”, apunta.

Defiende que “hay que restaurar el patrimonio y hacerlo visitable”, a la vez que denuncia que “no hay política de continuidad  a favor” de éste. Asegura: “El patrimonio tiene que estar abierto, con un horario flexible, y tiene que ser escenario de actividades que ayuden a que los jiennenses lo conozcan, ganen en concienciación y se crean que tienen una ciudad preciosa”. Y al hablar de patrimonio, no olvida que “las parroquias deben abrirse”.

Sobre la judería, apuesta por “dinamizarla” y aprovechar la presidencia de la Red Nacional de Juderías a favor de “su conservación, mantenimiento y promoción”. Señala que “Jaén tiene enclaves culturales que permitirían sacarle partido al patrimonio y no es posible por el estado deplorable en el que se encuentran”.

Entre otros, las termas de Jabalcuz o el casco histórico en su conjunto, con un Raudal de La Magdalena cerrado “lamentablemente”. Señala: “Monumentalmente, el patrimonio jiennense es riquísimo, pero un entorno descuidado y sin conservar desluce esa riqueza. También la inseguridad. En visitas por determinadas zonas, he sufrido insultos y los turistas, robos”, lamenta.

Patrimonialmente, explica que “la capital está perdiendo su identidad”. Dice: “En diez años, Jaén ha cambiado mucho y para mal. Ahora, su urbanismo le da aire de modernidad, pero ha perdido su autenticidad, sus enclaves bucólicos”.

Plazas como la de Santa María o Deán Mazas “no muestran la seña de identidad de la ciudad y han perdido su encanto”. Explica: “La modernización de los espacios públicos de la zona centro de la ciudad resta personalidad al entorno”. Todo ello cuando “Jaén es ciudad del Renacimiento, no sólo Úbeda y Baeza”. Recuerda: “Tenemos una Catedral única. Jaén tiene que aprender de las ciudades Patrimonio de la Humanidad en el mantenimiento y la conservación de su patrimonio y entorno”.

Confirma que “la Catedral es el monumento que más orgullo despierta en jiennenses y el que más gusta a los turistas”. Sin embargo, su entorno “necesita más cuidado y evitar la contaminación visual”. Y de la transformación del patrimonio, a la desaparición. “Jaén ha perdido mucho patrimonio. Se han derribado edificios que mostraban  una ciudad muy rica por su historia íbera, visigoda, musulmana, judía y cristiana”, dice.

Aplaude que se ha mejorado en promoción. “Hay agencias internacionales y nacionales muy interesadas en incluir la capital en sus rutas. La difusión que se le está dando, está llegando. La gente, cansada de destinos de siempre, quieren venir a Jaén”, dice. Pero cómo llegan, se pregunta, puntuando con un “cero” las infraestructuras. “No quiero que Jaén sea una ciudad masificada por el turismo, pero es que no se pueden traer muchos grupos porque no hay capacidad hotelera. Jaén tiene que buscar soluciones para poder competir con otras ciudades”, señala.

Con su labor, mima el patrimonio inmaterial. “Las rutas mantienen vivas las leyendas y las historias que nos han contado los mayores. También las expresiones típicas. Hay que conservar el patrimonio inmaterial, que se está perdiendo”, lamenta. Y las fiestas. “Hogueras hay en todas las ciudades, pero por San Antón celebramos una carrera única que tiene que traspasar las fronteras de Jaén”, termina.

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