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Los otros rostros de la crisis del Covid 19 en Jerez

Pequeños negocios y autónomos afrontan con incertidumbre el confinamiento mientras que la demanda de su trabajo continúa siendo inexistente

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Sivia Galván, de Tintelimp

Carlos Comendador, de Autoescuela Cabrera

Cristo García, fotógrafo

La crisis sanitaria del Covid-19 ha revertido en una crisis económica que ha supuesto un tremendo varapalo para la ya de por sí mermada economía de la provincia de Cádiz.  Todos los sectores, en mayor o menor medida, se han visto salpicados por este confinamiento nacional que ya acumula tres semanas. Trabajadores de negocios tradicionales y autónomos, están sufriendo los daños colaterales de una pandemia mundial sin precedentes. El coronavirus se ceba especialmente con el sector servicios donde la demanda es completamente inexistente. Algo que ha provocado que tan solo en marzo 14.600 personas de este sector hayan engrosado las listas de paro en la provincia.

Cristo García, fotógrafo jerezano, no se ha dado de baja de autónomo pero el coronavirus se ha llevado por delante todas las comuniones que tenía programadas en estos meses. Como trabajador por cuenta propia, ofrece sus servicios a diferentes empresas aunque confiesa que estas cancelaciones “suponen para mí dejar de ingresar ahora mismo hasta un 90% de lo que percibo”. Más allá del disgusto de los novios, Cristo también es uno de los muchos profesionales perjudicados por la cancelación de bodas, cuya industria comenzaba en primavera su temporada alta. “He tenido la gran suerte de que casi todas las que tenía cerradas se han aplazado. Ahora tenemos que reorganizar la agenda y esperar que no coincida ninguna”, explica el fotógrafo quién además es consciente de que muchas sesiones de preboda serán canceladas.

 Y para las autoescuelas, llueve sobre mojado tras la crisis del 2008 y la huelga de examinadores en 2018. Los centros de formación vial fueron los primeros en cerrar cuando se decretó el Estado de Alarma y desde la Asociación Comarcal de Autoescuelas de Jerez, ACAE, creen que de igual forma serán los últimos en reincorporarse a la normalidad una vez el Gobierno de España desactive el Estado de Alarma. “Nuestro sector es de masificación y no creo que nadie quiera meterse en un coche con otras tres o cuatro personas un día después de que se levante el confinamiento”, lamenta Antonio Herrera Marrufo, presidente de ACAE, quien además cree que las consecuencias económicas serán desastrosas. “Estamos viviendo una incertidumbre total y no hay ayudas específicas del gobierno para este sector. Esto es un punto de inflexión. O ideamos algo para reinventarnos o lamentablemente veremos cómo cerrarán algunas autoescuelas”, subraya Herrera.


A pesar de la situación, la mayoría de los 71 propietarios que conforman ACAE están ofreciendo test on-line a través de la Confederación Nacional de Autoescuelas para mantener un mínimo de contacto con los alumnos ya matriculados. “Lógicamente eso no produce ingresos porque las escuelas cobramos cuando los alumnos se examinan”, asegura Carlos Comendador, propietario de Autoescuela Cabrera quien además denuncia que las ayudas que plantea el gobierno son “aplazar y pedir crédito, por lo que la situación es extremadamente grave e insostenible y nos hemos visto obligados a realizar expedientes de regulación de empleo entre nuestros trabajadores. Se dice que a la tercera va la vencida y esperamos que esto acabe cuanto antes”.

Los primeros días del Estado de Alarma, peluquerías, lavanderías y tintorerías tenían permiso de apertura. “Eso hicimos, abrir. Pero no entró ni un solo cliente en nuestras tiendas, así que antes de que nos obligaran a cerrar lo hicimos nosotros”, recuerda Silvia Galván, gerente de Tintelimp con tres locales en Jerez. “El año ya está perdido porque vivimos prácticamente de la temporada de primavera; de las túnicas de Semana Santa, de las comuniones y de los trajes de flamenca para la Feria del Caballo y El Rocío”, confiesa Galván quien tiene sus esperanzas puestas en el deseo de los jerezanos de limpiar exhaustivamente las prendas una vez acabe el confinamiento, en el cambio de armario que muchas personas están haciendo durante estos días y en las promociones que suelen lanzar desde su negocio.

Tintelimp es una de las cientos de empresas que han presentado un ERTE para sus siete empleados y pretende salvar el negocio pidiendo un préstamo a su entidad bancaria porque asegura la gerente “acogerse a un préstamo ICO que proporciona el Gobierno de España no es tan fácil como parece”. Mientras tanto, está a disposición de la asociación de comerciantes del Centro de Jerez, ACOJE, para limpiar gratuitamente las mascarillas artesanas que los negocios están elaborando.  

Despidos casi en masa es lo que están sufriendo los trabajadores de las empresas de trabajo temporal, las ETT, ante la imposibilidad de formar parte de los ERTE que plantean los negocios. En la provincia de Cádiz, la mayoría de estos trabajadores están empleados temporales en el sector servicios: en hoteles y empresas relacionadas con el turismo. “Prácticamente todos nuestros trabajadores han ido al desempleo”, confirma Abraham Granadino, responsable de una empresa de trabajo temporal, Temporal Quality en Jerez.

Granadino además es uno de los impulsores de la página afectadoscoronavirus.org, un proyecto surgido netamente en el municipio jerezano y con alcance nacional que proporciona asesoramiento jurídico de manera gratuita sobre el coronavirus a empresas, familias o víctimas del virus. “El 50% de las preguntas que llegan a nuestros buzones son de pequeñas y medianas empresas que quieren saber cómo podemos ayudarles a sobrellevar el negocio, si pueden acogerse o no a ERTE, a préstamos ICO o a otro tipo de ayuda de las que está anunciando gradualmente el gobierno central”, afirma Granadino. Detrás de esta plataforma también se encuentra el abogado jerezano Gaspar Echevarría Echavarría quien presta asesoramiento de manera  altruista.

Los de Cristo, Carlos y Silvia son solo algunos de los rostros que ponen cara al drama laboral que están viviendo miles de trabajadores en España inmersos ya en esta crisis de grandes magnitudes que nadie esperaba hace tan solo un par de meses. A duras penas recuperados de la gran crisis económica de hace una década, el confinamiento ha puesto en jaque al sector servicios y ha vuelto a evidenciar la fragilidad del mercado laboral y la necesidad desarrollar más tejido industrial en la provincia gaditana.

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