La hostelería en Andalucía facturó 17.000 millones de euros en 2018, según los últimos datos disponibles del Anuario de la Hostelería de España presentado el año pasado. El presidente de la Asociación de Hosteleros de Sevilla, Antonio Luque, asegura que, en 2019, esos datos se rebasaron y fueron “los mejores” de la serie, lo que se tradujo en inversiones realizadas por los empresarios en sus establecimientos que hoy, un mes después del estado de alarma, pierden valor ante el cierre del sector como consecuencia de la pandemia del coronavirus.
Luque calcula que serán hasta 1.500 los establecimientos que no volverán a abrir una vez se levante el estado de alarma. En la provincia de Sevilla hay hasta 8.000 bares y restaurantes, lo cual significa que hasta el 18,7% de los establecimientos hosteleros sevillanos echarán el cierre para siempre.
La situación es “crítica, muy crítica”, asegura Antonio Luque tras participar en el reparto de hasta 1.600 menús diarios en comedores sociales y en domicilios particulares a los que la crisis sanitaria y económica desatada por el Covid-19 ha desprovisto de lo más básico: la comida.
El Ayuntamiento de Sevilla reducirá la tasa de basura a los locales y suspenderá el cobro de la tasa por los veladores. Pero estas medidas, aunque bienvenidas, son “insuficientes”. “La hostelería fue la primera en cerrar y será la última en abrir y cuando lo haga no será como antes del coronavirus. Nadie va a querer entrar en un bar lleno de gente”, explica el presidente de la Asociación de Hosteleros de Sevilla, que es consciente de que los que caigan serán aquellos que hayan sido menos previsores.