El verano se hace camino entre datos y previsiones ante un mar de dudas de lo que éste pueda resultar a pesar de la peor crisis sanitaria y económica de los últimos tiempos. De entre las medidas implantadas para mitigar sus efectos, El Puerto se prepara para acoger unos meses que se prevén idóneos para reactivar la enclenque economía con la que nos ha dejado la pandemia aún sin acabar. Este mes de junio no ha podido comenzar mejor con los datos esperanzadores con los que ha arrancado el periodo estival.
El virus va menguando y la luz al final del túnel se va empezando a imponer; no hay nada cierto ni vencido, pero sí que se va controlando un coronavirus letal y pésimo que ha cimbreado la resistencia social y económica del país. En El Puerto se ha puesto toda la carne en el asador para revertir todos esos malos augurios nacionales para convertirse por derecho propio en el oasis de la renovación y reactivación en la baja Andalucía.
Cuando el valor seguro se va a tener que imponer sobre otras cuestiones hasta entonces menos tenidas en cuenta, el turismo nacional tan dado y mayoritario en visitar la ciudad portuense, se presenta como una oportunidad única para ser el destino elegido.
La ciudad está preparada para ese desembarco tan necesario y esperado en una economía cada vez más dominada por el turismo. El motor económico hay que darle alas para coger la velocidad necesaria y despegue. En tiempo de crisis la reinvención y aprovecharse de ella debe resultar una ocasión perfecta para voltear nuestra realidad. El turismo, tan vilipendiado y despreciado por otros, es nuestro maná que hay que cuidar y mimarlo para que crezca. Bienvenido.
