Nació en Espera, pero se bautizó en Jerez, aprendió en la universidad de la vida, creció entre fogones y barras de bar, se hizo madura atendiendo a soldados, trabajadores del Ejército del Aire, militares con graduación y jornaleros que llegaban a la Venta La Parra donde estuvo 14 años, hasta que se quitó el delantal para ir a los bancos a buscar financiación para montar un negocio de comida casera donde se igualasen todas las clases sociales en un Jerez que, allá por el año 1982, despertaba de su letargo social de muchos años de diferenciaciones entre los de arriba y los de abajo.
Josefa Bernabé Trujillo, que se se ha ido de esta vida a los 84 años de edad, no encontró más apoyos que los del entonces concejal Pepe Guitérrez Murillo y Diego Yuste, el hombre fuerte de Viajes Marsans en nuestra ciudad, para tener los papeles en regla, amén de la persona que le prestó 20.000 pesetas de las de entonces para echar a andar porque en las entidades bancarias nadie confiaba en esta mujer valiente y hecha asimisma.
Nacía así Casa Pepa, ese restaurante para el albañil y el arquitecto, para el barrendero y el concejal, para el administrativo y el administrador, para el empleado y el jefe. Costó que la gente comprendiese que donde había buena comida había sitio para todos. Fue un esfuerzo grande, de boca a boca de una Pepa que logró hacer de su Casa todo un referente gastronómico en la ciudad, con sus berenjenas con langostinos, uno de sus platos estrella.
A pesar de estar ya jubilada, la presencia de Pepa en su negocio era habitual, como también que muchos clientes de fuera fuesen a saludarla a poco que llegasen a nuestra ciudad. Era un personaje único que hizo que muchos clientes fuesen a Casa Pepa a recoger la comida para llevarla a la suya propia. Tal vez por eso, desde 2012 hay un servicio de tapas y comidas a domicilio, algo que ya era historia en una Casa donde se veía a muchas familias salir con sus comidas porque era como haberlas hecho en sus propias cocinas.
Una mujer luchadora donde las haya, una mujer que nació trabajando y ha muerto al pie del cañón. Su pérdida ha sido muy sentida en todo Jerez porque, sin género de dudas, se ha ido alguien que ha sido un icono, desde su Casa en la Plaza de Madre de Dios, en una ciudad en la que no nació, pero en la que se bautizó, creció y donde triunfó como empresaria, pero sobre todo como persona.