La crisis que se abrió en el seno del PP de Jerez después de que el concejal Antonio Saldaña provocara un accidente de tráfico y diera positivo en el test de alcoholemia que se le hizo con posterioridad no parece cerrada a pesar de que ha transcurrido ya más de un mes del suceso.
El penúltimo episodio se ha vivido en las jornadas previas a la sesión ordinaria del Pleno municipal correspondiente al presente mes de junio, que se celebró este jueves.
Como es sabido la dirección provincial del PP trató de solventar la crisis apartando a Saldaña de la portavocía del grupo popular en la Diputación, pero al mismo tiempo permitiendo que ejerciera este mismo cometido en el Ayuntamiento.
El problema es que ese puesto estaba y sigue estando ocupado a efectos legales por el concejal Antonio Montero.
Para proceder al relevo en la portavocía se requiere un acuerdo de la mayoría de los integrantes del grupo municipal.
El Ayuntamiento interpreta además que con independencia de que el acuerdo sea mayoritario, debe estar al mismo tiempo rubricado por todos los miembros del grupo.
El PP ha trasladado al Consistorio el escrito correspondiente solicitando el relevo en la portavocía con la ausencia de una firma, precisamente la del concejal Antonio Montero, que en caso de que Saldaña ocupara este puesto perdería la retribución económica que lleva aparejada en beneficio de su sustituto.
De algún modo, Montero se convertiría en el principal damnificado del incidente provocado por Saldaña a pesar de que en los últimos años se ha mostrado como uno de los concejales más activos y leales al que fuera candidato a la Alcaldía.
Pero ahí no queda todo, porque Montero se ausentó de la sesión plenaria, algo que no ha sido para nada habitual en su trayectoria, en lo que no se antoja sino una escenificación de su descontento.
El concejal popular no quiso entrar en esta cuestión y justificó su ausencia del Pleno en motivos laborales.