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Acento andaluz

La respuesta económica ante la pandemia

En las peores semanas del confinamiento domiciliario, cuando aún sabíamos menos de lo que creemos saber ahora de este maldito virus, irrumpió con fuerza una...

  • Negocio de hostelería. -

En las peores semanas del confinamiento domiciliario, cuando aún sabíamos menos de lo que creemos saber ahora de este maldito virus, irrumpió con fuerza una corriente buenista que anticipaba que de esta pandemia saldríamos una sociedad mejor, con más valores, más coral y menos individual y egoísta. También muchos nos sumamos al pensamiento de que convertiríamos esta crisis en una oportunidad para robustecer nuestra debilitada economía. El tiempo nos ha arrojado a la cara innumerables ejemplos de lo equivocados que estábamos en ambos supuestos.


Estos grandes milagros no llegaron, aunque hay algunos pequeños -y no tan pequeños milagros- de los que somos testigos sin darle el suficiente valor: la gran telaraña de solidaridad que se armó para triplicar la asistencia de Cáritas y otras ONGs a los más necesitados; que la economía andaluza se desplomase menos que la media nacional; el pujante balance de las exportaciones andaluzas; el acuerdo entre la Comisión Europea y los Estados Unidos para suspender los dañinos aranceles para el campo; el avance imparable del proyecto de acelerador de partículas liderado por la Universidad de Granada,o los resultados en 2020 del puerto de Cádiz que fue el que más creció en España en mercancías y el único, junto con Vigo, que obtuvo beneficios.


Sin embargo, son espejismos en un escenario que nos sitúa ante el abismo como evidencian los últimos datos del paro -más de un millón de desempleados después de 6 años por debajo de esta cifra insoportable-; la inexorable desertización industrial tras la caída de la multinacional Abengoa y el mal momento del hasta ahora potente sector aeronáutico; el cierre de El Corte Inglés en Linares y otras noticias desalentadoras.


Así las cosas, urge una actuación inmediata para frenar esta sangría, y luego asentar a medio plazo los cimientos de un nuevo modelo productivo sustentado en industrias de base tecnológica, verdes, biomédicas, aeroespaciales y con una necesaria colaboración público-privada. En definitiva, diversificar con talento y vanguardia, sin olvidarnos de los dos motores que sostienen nuestra economía: el turismo al que hay que impregnarle más calidad que cantidad, y el campo al que hay que modernizar para que no frene sus espectaculares exportaciones.La educación, acabar con la brecha digital, reforzar los servicios públicos, incrementar los cuidados y pasar de un Estado del Bienestar a un Estado protector son otras propuestas que deberían estudiar detenidamente nuestros gobernantes pensando en el presente y futuro para que nuestra querida Andalucía deje de estar a la cola de la renta per capita nacional y seamos capaces de recortar el diferencial de paro que nos separa del resto del España. 

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