Hace tiempo que el pintor Eduardo Millán (Jerez, 1979) dejó de ser una joven promesa de la pintura figurativa para convertirse en uno de los referentes del realismo en su ciudad natal y en todo el país. Lo avala una larga lista de galardones, al que recientemente se sumó el Premio de Pintura del Parlamento La Rioja por su obra “Plaza de la Asunción. Verano”, pero no ha sido hasta ahora cuando ha tenido oportunidad de recopilar su obra para su primera exposición individual en Jerez, y la segunda de su carrera (la primera fue en Madrid en 2009). “Por mi manera de trabajar, ya que tardo mucho en elaborar un obra, porque trabajo mucho del natural, es muy difícil reunir obras para realizar exposiciones individuales”, explica a Viva Jerez durante un recorrido por la sala Pescadería Vieja cuando se cumple un mes de la inauguración de su exposición “Desde lo real”.
La espera para reunir un conjunto de trabajos que contempla paisajes urbanos de Jerez (Calle Corredera, Jerez Sur), Cádiz, retratos y autorretratos del confinamiento, bodegones y tanta belleza junta ha merecido la pena pues la acogida no ha podido ser más favorable. Desde el área de Cultura del Ayuntamiento contabilizan casi 1.500 visitas en este mes, lo que la convierten ya en una de las exposiciones más respaldadas y con más poder de convocatoria. El propio Ayuntamiento confirmaba en la presentación de la programación cultural para el verano que su muestra estaba batiendo récord de visitas. Una realidad de la que Millán no puede estar más agradecido, tanto por la cantidad como por la calidad de los aficionados, compañeros del gremio y el público en general que se interesa por su obra.
“Está viniendo mucha gente, muchos pintores, artistas y personalidades del mundo del arte que me están acompañando y me hace mucha ilusión. Algunos de ellos hacen muchos kilómetros para ver la exposición”, señala. Y es que su primera muestra individual en su tierra en tiempos de pandemia también le está dejando un buen puñado de anécdotas y experiencias que difícilmente podrá olvidar. “Hace unas semanas vino un chico de Badajoz expresamente a Jerez para ver mi exposición y también hay otra historia muy emotiva, que es la de un matrimonio onubense al que les gusta mucho la pintura que lo primero que ha hecho tras ponerse la vacuna es viajar a Jerez para ver mi obra. Yo no los conocía, pero me seguían por Facebook y decidieron que su primera salida fuera para ver mi exposición. Aquí (por la Sala Pescadería Vieja) se llevaron cerca de dos horas”. Entre esas casi 1.500 visitas hay también hay otras muy especiales de aficionados que repiten, como las de un señor de Madrid, al que el pintor jerezano ha visto “cinco veces en la sala” y que antes de irse quiso tener un gesto con él. “Me ha regalado un DVD con todos los cuadros de la exposición filmados con su cámara. Son historias muy emotivas y gratificantes”, apunta.
Una vez en la sala, los cuadros que más llaman la atención de los visitantes, explica, suelen ser el de Corredera "por el tamaño" y su autorretrato en el estudio. "También gusta mucho el desnudo y los paisajes de Cádiz". El del desnudo tiene también su historia detrás, pues como recuerda, en su día Facebook e Instagram se lo llegaron a bloquear, una medida con la que sus seguidores y otros aficionados al arte reaccionaron compartiéndolo de forma masiva para reivindicar su belleza y cargar contra la censura. "Tenía que estar aquí", apostilla este artista jerezano.
¿Por qué conecta tanto su obra con los visitantes? Eduardo cree que detrás de esta respuesta está también “mi lenguaje, a lo mejor tengo más facilidad para conectar tanto con la gente más profana como con los más entendidos en la materia y eso hace que vengan más personas. No es un arte complejo de entender. También llevaba mucho tiempo sin exponer y es mi primera individual en Jerez. Digamos que se juntan una serie de circunstancias”, señala haciendo gala de la humildad que le caracteriza y tras agradecer al Ayuntamiento por haber traído obras que tenía cedidas a otras instituciones y museos para completar su exposición.
Lo que va a ser una pena es que pese al éxito que está teniendo esta muestra (se puede visitar hasta el 1 de agosto), a partir del mes de julio la sala solo abra en horario de mañana. Se da la circunstancia de que precisamente en la temporada estival, por las altas temperaturas y la llegada de turistas, la tarde es la franja del día por la que suele decantarse el público. “Sería formidable seguir abriendo por las tardes”, concluye Millán.
El Ayuntamiento debería planteárselo seriamente para un futuro tanto para esta sala como para otros equipamientos culturales, como sí ocurre en otras localidades de esta provincia, y más tratándose de una ciudad que aspira a ser Capital Europea de la Cultura en 2031.
