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Jerez

“Hace falta un poco más de empatía y de humanidad por parte del ministerio del Interior”

El veterinario jerezano Luis Flores admite desde Congo que "si no nos dan el visado, no viajaremos a Jerez. Será un golpe duro, porque necesitamos salir"

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Cuando en 2019 nos acercamos a la experiencia del veterinario jerezano  Luis Flores en la República Democrática del Congo, conocimos la labor que desarrollaba en  el Centro de Rehabilitación de Primates del Lwiro, en pleno parque nacional de Kahuzi-Biega. Precisamente, en aquellas fechas se encontraba inmerso en el proceso para obtener la tutela legal de Ester, una niña congolesa a la que había acogido en su casa como un miembro más de su familia. No solo eso, coincidió con el nacimiento de su hijo Antonio -este agosto cumple dos años-, fruto de su relación con Oda, su pareja, natural de Ruanda. Este verano, Luis tiene previsto viajar junto a ellos, por primera vez, a Jerez, para que conozcan a su familia española. Sin embargo, el viaje sigue en el aire, ya que el Ministerio del Interior se niega a reconocer la tutela de Ester y le impide viajar a España. En esta entrevista nos relata parte de la lucha iniciada para que las autoridades entiendan su caso y le faciliten un visado Shengen de visita. De no lograrlo, está decidido, se quedará en Congo un año más.   

¿Cómo fue el proceso legal para lograr la tutela de Ester?

–Fue tedioso, porque aquí las adopciones no están permitidas. Buscamos a la familia del padre, que había muerto, e hicimos un consejo de familia para que decidieran si podíamos ser los tutores legales de la niña. Después de un largo proceso el Juzgado de Menores de Bukavu nos dio la tutela legal. Eso fue en febrero de 2020. Entonces apareció el coronavirus y no pudimos viajar a España, y luego en enero de 2021 fui a recoger el pasaporte de Antonio en la embajada de España en KInshasa, y pedí también por escrito si había que llevar a cabo algún procedimiento legal para reconocer la tutela de Ester en España y que pudiésemos viajar de vacaciones en verano. La sorpresa llegó en junio cuando presentamos la solicitud de visado de corta duración, de visita Shengen, para ir a España. Lo hicimos en la embajada de Bélgica en Kigali porque conocíamos a una española con su marido belga, que tenían una niña bajo el mismo estado de tutela que nosotros y habían conseguido el visado sin problema. La sorpresa fue que la embajadora española en Tanzania nos lo denegó porque decía que había una normativa covid que impedía que los congoleses viajasen y se necesitaba tener reconocida la tutela del Congo en España.


 

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¿Cómo reaccionó entonces?

–Aludí a la policía de frontera en España que Ester estaba bajo nuestra tutela y que era imposible que pudiésemos pensar en dejarla aquí, en una zona de conflicto, y donde está el mayor contingente humanitario desplegado. Le dijimos si nos podíamos acoger a las excepciones de esa normativa covid, que era motivo familiar de fuerza mayor o razones humanitarias. Entonces la policía de frontera nos dijo que por el primer caso podíamos acogernos y nos podían dar el visado, pero para conseguir el visado de Ester necesitábamos el reconocimiento de la tutela desde España. Estamos ahí, en una discusión con el Ministerio del Interior, que dice ser muy garantista en esto, pero que creo que más que ser garantista lo que hace es obstaculizar la garantía de protección de un menor en una zona como ésta de conflicto.

Pero la pareja belga sí pudo viajar...

–Tienen bajo su tutela a una niña en las mismas condiciones y con la tutela dada en el mismo Juzgado de Menores que nosotros. Bélgica sí les dio los visados de corta duración. Hay que tener en cuenta que yo no estoy pidiendo quedarme en España ni que le den un visado a Ester para que obtenga la nacionalidad española, ni nada de eso. Lo que pido es poder seguir viviendo en familia, como estamos haciendo ahora, y poder viajar a España a ver a mi familia, ya que hace dos años que no viajo a Jerez, a causa del covid. Lo que no vamos a hacer es dejar a la niña aquí sola. Eso contravendría muchas cosas, moralmente y legalmente. Es mi responsabilidad.

¿No han analizado su caso con detalle?

–El problema es que las embajadas y los consulados siguen un proceso de obstaculización siempre que se tiene que llevar a cabo cualquier procedimiento de solicitud de visado o de otras cosas. Te sientes desamparado muchas veces, porque vas y te lo tienes que creer o no. En la embajada de España en Kinshasa me han llegado a decir que aquí se compran y se venden las tutelas, y me quedé sorprendido, porque yo les dije que no sé lo que harán otros, pero yo seguí un procedimiento legal como había que hacerlo y me parece increíble que se ponga en duda la relación paterno filial que tengo con la niña cuando no conocen nada. En vez de intentar conocerlo, que es lo que deberían hacer.

¿Le ha decepcionado la postura del Gobierno español?

–Ellos hablan de garantismo al tomar decisiones, pero sin querer hacer comparaciones. Por eso digo que es un poco absurdo que se me estén poniendo tantas trabas cuando lo que estoy haciendo es proteger a una niña y que pueda venir de vacaciones conmigo a España. Hay que estudiar los casos y comprobar el razonamiento para proteger sobre todo los derechos del niño, que en este caso es Ester.

¿Ha habido ya alguna respuesta a raíz del eco que está alcanzando tu caso a nivel mediático?

–No hay ninguna respuesta, porque la administración cuando toma una decisión parece que no son capaces de hacer ningún tipo de reflexión, y ahí estamos luchando. Hemos hecho una queja al Defensor del Pueblo a nivel nacional y yo realmente espero que se desbloquee, porque si no se va a hablar muy mal de cómo España ha tratado un caso como el mío. Hace falta un poco más de empatía y humanidad.

¿Cómo va la campaña de firmas?

–Estamos ya en casi cinco mil firmas, pero necesitamos más fuerza y más gente que nos apoye. Necesitamos que la gente se sensibilice y para ello queremos darle más visibilidad a un problema que es mío, pero que en realidad es un problema de la administración, que es cómo tratar a los españoles cuando estamos en una zona de conflicto como en la que yo me encuentro. Hace falta un poco más de empatía con como se vive aquí y no solo pensar en la jurisprudencia.

¿Cuántas firmas crees que vais a necesitar para que se os tenga en cuenta?

–No sé las que necesitaremos. Estamos intentando buscar algún contacto con youtubers e influencers que tengan muchos seguidores, porque hacen falta muchas más firmas para que tenga  efecto. La visibilidad y la difusión puede ayudar también, porque es una cosa de entender el caso, no de saltarse la ley, no estoy pidiendo eso, sino que se apliquen cosas que en otros casos sí se han planteado.

¿Qué pasará si no os dan el visado?

–Me dicen pedir el visado en otra embajada, a través de una ONG, pero es que no tengo nada que esconder y creo que puedo manifestar y pedir públicamente un visado y que me lo den. Si no nos dan el visado no viajaremos el día 6. Tenemos los billetes comprados y si no me dan el visado para Ester será un golpe duro porque necesitamos salir de la zona. Psicológicamente es necesario. La gente de la ONU trabaja tres meses y se van 15 días. Yo llevo mucho tiempo aquí y necesitamos también ese pequeño momento de confort viajando a Jerez.

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