Rajoy estimó que en la Conferencia de Presidentes, que se celebró anteayer en el Senado y que concluyó sin acuerdos sobre economía y empleo, Zapatero puso de relieve “otro más de sus tics autoritarios”, al reprochar al PP que no se sumara a sus propuestas.
El jefe del Ejecutivo confunde “la lealtad con la adhesión inquebrantable”, manifestó el presidente del PP, quien ha achacado una reacción “destemplada e impropia” a Zapatero y le ha pedido que, para conseguir pactos, “se olvide de pataletas y prepare mejor los asuntos”.
Felicitó a los presidentes autonómicos de su partido por haber conseguido “poner en evidencia la frivolidad, la ligereza y la falta de criterio” del Gobierno.
A pesar de la oposición del PP, el vicepresidente tercero y ministro de Política Territorial, Manuel Chaves, anunció que el Ejecutivo desarrollará el documento de medidas anticrisis acordado en la Conferencia de Presidentes y, por ello, convocará a las autonomías que lo deseen para que se sumen a las medidas propuestas.
En su opinión, los presidentes de las autonomías del PP sacaron la “calculadora” de sumar votos y secundaron la estrategia de Mariano Rajoy, al considerar que “cuanta más crisis, más votos” para la oposición.
En esta línea, la posición del PP fue calificada de “lamentable”, “frívola” e “irresponsable” por Manuel Chaves, quien acusó a los presidentes populares de utilizar “conscientemente” el “boicot” y de seguir la estrategia del “no por el no”.
La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, también denunció la “falta de responsabilidad y de lealtad institucional” del PP por no haber firmado un acuerdo sobre economía y empleo en la cumbre autonómica.
Para Salgado, los presidentes de las comunidades del PP acudieron a la Conferencia con la “disposición predeterminada” de “no querer aprobar ningún acuerdo”.
Aseguró que el Gobierno hizo un “gran esfuerzo” de integración en las propuestas que presentaron todos los dirigentes autonómicos, en especial las iniciativas del PP, que, en su opinión, “fueron muy vagas”.
Igualmente, el ministro de Fomento, José Blanco, recriminó a los dirigentes autonómicos del PP la actitud partidista que, a su juicio, mostraron en la Conferencia, en lugar de actuar como representantes de sus ciudadanos, que era el objetivo del encuentro.
Una opinión parecida expresó el titular de Trabajo, Celestino Corbacho, quien estimó que el Partido Popular niega “el estado cooperativo” y lleva “la confrontación allí donde tiene la oportunidad de sentarse con el Gobierno”.
También el presidente del Senado, Javier Rojo, consideró que el PP se dedica a poner “palos en las ruedas” en lugar de posibilitar un acuerdo que permita encontrar una solución a la crisis.
Desde las filas del PP, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, manifestó que el Gobierno hurtó al PP el “derecho legítimo” a conocer lo que iba a ser votado y ha lamentado la improvisación del Gobierno en sus políticas de empleo.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, señaló que los populares “se lavan las manos” con respecto a la política del presidente del Gobierno porque a Zapatero “no le interesa nada el PP” cuando tiene que aprobar normas como la Ley de Memoria Histórica o la Ley del Aborto.
Por su parte, el presidente de Castilla-La Mancha, el socialista José María Barreda, recalcó que el PP fue a la Conferencia de Presidentes con la idea previa de no “consentir” acuerdos.
La Conferencia fue “una decepción” para el presidente de Cantabria, el regionalista Miguel Ángel Revilla, quien consideró que esta reunión está “muy politizada” y se quejó de que en la reunión hayan primado “las consignas políticas” en lugar de alcanzar “un mínimo acuerdo”.
El presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, hizo un balance “frustrante” de la Conferencia, al no haberse llegado a un acuerdo en materia de empleo, pese a su “esfuerzo” por lograr un consenso “básico” entre el PSOE y el PP.