Sí, ya son media docena de veces en las que he tenido que salir al paso no solo del olvido de incluso profesionales del medio, sino de ser menospreciada la emisora decana de la radio pública española, que fue víctima, llamémosle del destierro o desaparición por aquello o algo tan infame como decretar su desaparición -repito e insisto- por el simple hecho de que -tomen nota los profesionales de hoy en día y quienes, muy pocos por cierto, todavía viven y recordarán con rabia que por una orden ministerial o algo parecido- esa emisora estaba interfiriendo -así como suena y/o emitía Radio Nacional de España en Huelva-…
Sí, me gustaría conocer después de tantos años transcurridos cómo una emisora emitiendo en esa frecuencia estaba incordiando en el dial a otras emisoras de Centroeuropa, coincidiendo precisamente con esa masiva y pacífica presencia de trabajadores onubo-españoles que habían algo sí como invadido países del viejo continente. Yo recuerdo cómo llegaban a los estudios de la entrañable emisora que a pesar de la distancia se sentían tan cerca de Huelva y hasta podían comunicarse con sus familiares mediante conexiones gracias a aquel fenómeno, parodiando algo así como lo que hicieron don Cristóbal y los hermanos Pinzones, haber descubierto nuevos horizontes laborales…
Sí, leo en el libro ‘Al compás de Huelva-Radio Nacional de España, Sexagenaria y Decana (1937-97)’, que “en aquella fecha -1937- corrían tiempos difíciles por España. A alguien se le ocurrió volver a conseguir que Huelva abriera una nueva página en su historia. Una o varias personas tomaron la iniciativa de crear una emisora que, desde Huelva, comenzara a emitir noticias y programas, consiguiendo así que Radio Nacional de España en Huelva, Radio Huelva , fuera la primera en participar en la que ahora es la Red de Emisoras de Radio Nacional de España… Así abría a modo de presentación el entonces –año 1997- entrañable compañero, director de RNE Huelva, Ernesto B. Seijas Muñoz, que por cierto tuvo que ‘emigrar’ en 1965 para luego retornar a sus orígenes seis años después, una vez que, curiosamente aquel año volvía, rocambolescamente escribiendo, la tan vapuleada emisora, pero integrada en la Red de Radio Peninsular de Huelva, para seis años después, emitiendo con el soniquete de Radio Peninsular en Huelva de la Red de Emisoras de Radio Nacional de España (¿)”
Sí, aquel arbitrario cierre fue en aplicación de un para todos nosotros ‘Plan Estructural de Ondas Medias’, y hay entonces una fecha decisiva, el 23 de noviembre de 1978, ya que ese indicativo pasaba a mejor vida y se anunciaba que con el Plan de Ginebra nuestras ondas de radio quedaban homologadas a las del resto de Europa y si en 1965 RNE Huelva desaparecía, las cosas volvían a donde nunca tenían que haber ‘desaparecido’ en aplicación de aquel para nosotros dudoso Plan y el panorama de la radiodifusión española pasaba a ser radicalmente distinto. A Radio Nacional de España en Huelva le ha pasado siempre lo mismo que a la provincia a la que ha venido sirviendo, y desde la dirección regional se llegó a considerar que Huelva no tenía sentido. Eso me lo dijo Adolfo Gross Bolín ante un mapa de coberturas, presumiendo de la potencia en antena de Sevilla; de tal forma que con su penetración en Huelva, la emisora decana ‘incuestionablemente’ estaba de más y era algo así como un lujo mantenerla…
Sí, una vez más a mí me duele -digo en el libro en cuestión- que para muchos solo sirve para estar en las bibliotecas, como me argumentan en el templo de la comunicación levantado a don Jesús Hermida Pineda en ese Centro de la Comunicación que no parece otra cosa que un homenaje permanente a su trayectoria profesional en la televisión. A mí me duele decir estas cosas después de lo ocurrido en 1965 y comentarlo una vez más no entraña el más mínimo resentimiento, pero sí unos deseos fervientes de que, de una vez por todas, todo el mundo sepa que “Huelva fue la primera”, aunque la hermana Sevilla se ratificase hace años ya como “la más veterana”.
Sí, cosas, podrán decir, pero todo eso se demuestra en el libro, que me apresuré a entregar en el Centro de la Comunicación de marras y de lo que solo me consta que está en la biblioteca, después de haberlo expuesto durante un tiempo (¿) a ese público que ahora mismo no sabe siquiera que existe y a pesar de que viene a ser -modestia aparte- el único elemento o prueba que justifique la grandeza de un medio, como está sucediendo ahora en otros campos con las cosas de Huelva. Ya lo digo en el libro en cuestión con aquello de ‘Un decanato en cuestión’: “A Radio Nacional de España en Huelva le ha pasado siempre lo mismo que a la provincia”. (Página 129). Eso y más…