La temporada de caza arrancaba el pasado mes de agosto. En Alcalá la Real, son muchos los aficionados que llevan a cabo esta práctica bien los numerosos cotos privados –en torno a una quincena– o bien en los dos cotos sociales existentes. En medio de un gran debate entre defensores y detractores, entrevistamos a Fermín Carmona, un apasionado de la caza que nos habla sobre su actualidad, necesidad y problemática actual.
Acabamos de comenzar una nueva temporada de caza en Alcalá. ¿Cómo se presenta esta temporada? El problema más grande que estamos teniendo es la sequía. El hecho de que no haya agua unido a las altas temperaturas te obligan a empezar a cazar muy pronto y acabar también muy pronto. Es decir, nos ceñimos a las franjas de primera hora de la mañana y últimas de la tarde, e indudablemente no es la mejor hora para cazar. Sin embargo, a estas horas los perros se desfallecen enseguida y les puede dar un golpe de calor. En general, la paloma tampoco se está dando bien.
Tradicionalmente ha existido una importante afición a la caza en nuestro municipio. ¿Cuántas licencias de caza puede haber en este momento en Alcalá? ¿Ha habido un aumento o disminución en los últimos años? La caza sigue teniendo un componente social fuerte en Alcalá la Real y de hecho en toda Andalucía hay más 1.600 sociedades de cazadores, lo que eleva la media a unas dos sociedades de cazadores por municipio, que cazan en cotos privados. Es decir, se paga una cuota mínima por cazar y está cazando todo el año. Puede haber unos dos mil cazadores en Alcalá.
Hoy por hoy, ¿cuál es el perfil medio del cazador en Alcalá? El perfil medio del cazador sigue siendo el de un hombre que se encuentra en una franja de edad entre los treinta y los sesenta años. No obstante, se destaca la incorporación de gente joven, ya que las sociedades de cazadores están en incremento en toda Andalucía.
¿Crees que existe un problema de maltrato animal entre algunos cazadores, principalmente en relación con el abandono de perros? Los informes del Seprona confirman que no es cierto que en la caza se dé un problema elevado de abandono de perros. Obviamente la mayoría de los perros de caza proceden de razas cazadoras, pero esto no significa que el hecho de que se abandone un perro de una de estas razas implique que lo ha abandonado un cazador. Hay mucha gente que tiene galgos, que tiene bretones de compañía o que tiene bracos alemanes, y no son cazadores. Indudablemente hay algunos cazadores que los abandonan, pero no se puede criminalizar al colectivo en su conjunto.
¿Cuáles crees que son los principales problemas a los que os enfrentáis en la actualidad los aficionados a la caza? Uno de los mayores problemas es que se está dejando el mundo rural y el urbanita, en su mayoría, desconoce la realidad del campo. También nos enfrentamos a unos dirigentes políticos que en la mayoría de los casos no conocen la caza y hacen leyes que no están consensuadas con cazadores, como es el caso de la Ley de Bienestar Animal, que está totalmente en contra de la caza, aunque a los perros de caza parece ser que los han sacado después de muchas presiones. Nos enfrentamos a una corriente anti-caza, cuando la caza es algo totalmente necesario, tanto para el control de plagas, como se está comprobando con el jabalí, como para evitar accidentes o generar riqueza.
