El alcalaíno José Luís González de Lara continúa haciendo grande su nombre en el incipiente esplendor que el combate medieval está viviendo en nuestro país. Su último hito ha sido el acudir como capitán de la selección española al prestigioso torneo internacional “Battle of the Nations”, celebrado recientemente en Praga, y en el que nuestro país ha estado representado por dos equipos de ocho combatientes cada uno. El máximo logro cosechado por el equipo nacional ha sido, sin embargo, en la categoría 21vs21, en la que los luchadores españoles han competido integrados en un equipo mixto junto a la selección británica, logrando un quinto puesto que constituye un éxito sin precedentes en el historia del combate medieval en nuestro país.
Un bravo comportamiento tenían también los hombres comandados por González de Lara en la categoría de 5vs5 pese a caer en grupos de gran nivel. Ambos equipos hicieron un gran papel, poniéndoles las cosas muy difíciles a Polonia (actuales campeones del mundo IMCF) y terminando el asalto con solo un luchador de diferencia. Gran actuación también ante Francia (terceros en el último campeonato del mundo), en un encuentro en el que incluso los comentaristas narraron sorprendidos la bravura con la que luchó el equipo español, que logró dar buenos sustos a equipos teóricamente muy superiores y vencer a otros como Holanda, Hungría, etc. Contra Rusia (actual campeona del torneo) el equipo capitaneado por González de Lara no pudo sino demostrar su coraje, siendo el luchador alcalaíno el único que quedaba en pie al final del combate.
“Lo cierto es que creo me ha tocado ser capitán de la mejor selección que España ha tenido en los 4 años que lleva presentando equipo –nos narra orgulloso José Luís González de Lara-. Una gente de un nivel humano increíble, que ha hecho que esto sea un sueño hecho realidad. La verdad es que ser capitán ha sido fácil, solo tenía que estar ahí, cada problema que surgía dentro y fuera del combate lo hemos resuelto entre todos. Antes de que llegase a mis oídos una incidencia ya la había solventado alguien del equipo; unos tienen buenos contactos internaciones, otros son unos auténticos "mcgivers" capaces de arreglarlo todo, otros tienen capacidades resolutivas increíbles, otros don de gentes, etc.
En definitiva, gente buena y operativa en perfecta armonía currando todos a una. Cuando compartes lo nervios de antes de entrar a pelear, cuando eres rescatado de una paliza por un compañero, cuando lo sacas en brazos herido, el abrazo después de una derrota o la celebración después de una victoria, son cosas que no se dan en ningún otro deporte y crean un vínculo que no se puede explicar, solo sentir. Es como un pacto entre caballeros sin mencionar una palabra. Haber sido capitán de la selección ha sido para mí algo más grande que ganar el mundial, no por el cargo que yo ocupaba sino por el equipo humano del que formaba parte. Sin duda mis nietos conocerán los nombres de cada una de las personas con las que he vivido esta épica aventura. Ellos han conseguido hacerme mejor luchador, creían tanto en mi que consiguieron que yo mismo creyese en mi y en tan solo unos combates he mejorado más que en el año y pico que llevo practicando este deporte”, concluye el bravo luchador alcalaíno.
