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Jueves 09/05/2024  

Alcalá la Real

Vía Crucis, espiritualidad y sentimiento en los Arrabales de la Mota

El Cristo de la Salud volvió a procesionar en andas por algunos de los rincones más bellos de la Semana Santa alcalaína

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Salida del Vía Crucis, de San Juan.

Besapiés, en San Juan.

Besapiés, en San Juan.

Salida del Vía Crucis.

Salida del Vía Crucis.

La Noche del Miércoles Santo alcalaíno es una noche diferente, alejada de lo que comúnmente entendemos por Semana Santa dentro y fuera de nuestro municipio. Lejos de la espectacularidad de los pasos, de la solemnidad de la música de las bandas, el Vía Crucis que tiene como protagonista al Santísimo Cristo de la Salud portado sobre unas andas, viaja a lo más profundo del sentimiento religioso, para ponernos delante de una experiencia que tiene sus momentos de emoción y autenticidad, quizá más visibles por eso mismo: el silencio está presente durante gran parte del recorrido, solo interrumpido por la lectura de las diferentes estaciones y por la música de un cuarteto que interpreta música de capilla durante el recorrido.

En esencia, el Vía Crucis nos hace, de un modo personal, y por tanto más próximo que de costumbre a la introspección interior, nos lleva a vivir el camino que hizo Cristo durante su Pasión, desde el Pretorio de Pilatos hasta el Calvario. Esta forma de oración acompañada de meditación sobre los acontecimientos ocurridos en ese camino de Cristo, al que se añaden el hecho de su muerte en la cruz, el descendimiento de la misma y su sepultura le confiere un carácter especial. Junto a diversas oraciones, en general de penitencia y arrepentimiento, se van intercalando esas catorce meditaciones, llamadas «estaciones», porque los que hacen este ejercicio de piedad se «estacionan» o detienen unos momentos para meditar en cada uno de los siguientes acontecimientos o escenas.

En el Miércoles Santo alcalaíno estas estaciones no pueden tener un escenario más sobrecogedor y de mayor belleza. Los Arrabales de la Mota y la propia Fortaleza se prestan a una experiencia singular, que marca el espíritu de aquellos que la hacen posible. Como en pasados años, este itinerario ha seguido la calle San Blas, antigua Cruz del Cristo de la Piedra, para continuar junto al Pósito, el Albaicín, la Plaza Baja, la Alcazaba, el pórtico de Santa María la Mayor, la Capilla del Deán, la Puerta de la Imagen, la Puerta de las Lanzas, el antiguo Convento de la Trinidad, para regresar finalmente a la iglesia de San Juan.


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