Antonio Cimarro nunca imaginó que su compromiso con la donación de sangre le llevaría a ser homenajeado en su propio municipio. Recientemente, Tomares le reconoció por su labor incansable en favor de las campañas de donación, un trabajo que ha realizado con discreción y entrega durante más de una década.
Aunque el homenaje fue una grata sorpresa, para Antonio la verdadera recompensa siempre ha sido saber que su sangre ha podido salvar vidas. Comenzó a donar siendo muy joven, cuando apenas tenía 19 o 20 años, tras una visita al hospital. Desde entonces, su compromiso ha sido inquebrantable, superando las 100 donaciones a lo largo de su vida. "Cada vez que salía de donar, sentía una satisfacción enorme", confiesa.
Su implicación no se ha limitado a donar. Desde 2013, cuando su amigo Antonio Miguel Alejo tuvo que mudarse y le pidió que continuara con su labor, Antonio ha sido el principal impulsor de las campañas de donación en Tomares. Cuatro veces al año, se encarga de coordinar las jornadas, difundir información y asegurar que todo funcione correctamente. "No es ningún mérito, simplemente estoy ahí cuando hace falta", asegura con humildad.
Aunque la edad ha puesto fin a sus donaciones, Antonio sigue colaborando activamente para que cada jornada de extracción sea un éxito. Para él, la clave está en fomentar la cultura de la donación, por lo que anima a quienes nunca han donado a dar el paso. "No tengan miedo, es solo un pinchazo, y a cambio puedes salvar una vida", enfatiza.
El testimonio de Antonio es el reflejo de una vida marcada por la solidaridad y el compromiso con los demás. Su labor continúa dejando huella en Tomares, un municipio que, gracias a personas como él, mantiene viva la importancia de la donación de sangre.