Hallan altos niveles de plastificantes en delfines del Mar de Alborán

Publicado: 28/02/2019
Un estudio del CSIC los ha encontrado en todos los mamíferos analizados, tanto en la grasa, como en el músculo, el hígado o el cerebro
Un estudio liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) revela la acumulación de compuestos organofosforados en los tejidos de delfines del Mar de Alborán.

Dichos compuestos, que se usan como retardantes de llama y plastificantes, se han encontrado en todos los individuos analizados, tanto en la grasa, como en el músculo, el hígado o el cerebro de los delfines, llegando a concentraciones de hasta 25 microgramos por gramo de grasa.

Según señalan los científicos, se trata de niveles similares a los recogidos para otros contaminantes ya legislados, como los bifenilos ploriclorados (PCB) o los polibromodifenil éteres (PBDE).

El trabajo, liderado por Ethel Eljarrat, científica del CSIC en el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (Idaea), se acaba de publicar en la revista Environmental Research y es el primero que halla la acumulación de estos compuestos usados como plastificantes y retardantes de llama en delfines. También han participado en el estudio grupo de investigación Circe (Conservación, Investigación y Estudio sobre los Cetáceos), y el Institut Català per la Recerca de l'Aigua (ICRA).

En el estudio, que se publica ahora en la revista 'Environmental Research', se han hallado los mayores niveles en la grasa, mientras que los más bajos se han registrado en el hígado. Tal y como destacan los científicos, de los 12 compuestos detectados en la grasa, 7 de ellos estaban presentes también en las muestras de cerebro, lo que indica su capacidad para atravesar la membrana hematoencefálica.

"Esto nos preocupa ya que se ha visto que tienen mayor tendencia a acumularse en el cerebro que en otros tejidos. Y se sabe que algunos de ellos, como el tricloroetilfosfato (TCEP) o el tributilfosfato (TNBP), poseen potencial para provocar daños neurológicos", explica Ethel Eljarrat, científica del CSIC en el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua que lidera el trabajo.

La presencia de estos contaminantes se suma así a la "larga lista de amenazas" que presenta esta subpoblación de delfín común del Mar Mediterráneo, entre las que destacan la sobrepesca y los cambios ambientales, tal y como destaca el investigador del Instituto de Ciencias del Mar, Joan Giménez.

Los plastificantes organofosforados se empezaron a utilizar en los años 60 del siglo XX. Su uso aumentó cuatro décadas más tarde, cuando se propusieron como alternativa a los polibromodifenil éteres, otros retardantes de llama que fueron prohibidos por la Convención de Estocolmo en el año 2009 por su toxicidad. A pesar de ser menos tóxicos que sus predecesores, hay estudios que muestran que los compuestos organofosforados pueden causar daños neurológicos, disrupción endocrina, cáncer y problemas de fertilidad.

RESIDUOS PLÁSTICOS MARINOS

Para realizar este trabajo, los científicos han comparado la cantidad de compuestos organofosforados con los de otra familia de compuestos, los halogenados, que también se usan como retardantes de llama. "Si tenemos en cuenta que los primeros suponen el 15 por ciento de la producción global de retardantes de llama y los segundos alrededor del 30 por ciento, la incidencia ambiental de estos últimos debería ser mayor", señala Eljarrat.

Además, apunta que los halogenados presentan un mayor potencial de bioacumulación y biomagnificación a lo largo de la cadena trófica. Todo esto sugiere que los niveles de halogenados deberían ser superiores, según el científico. Sin embargo, tras analizar y comparar los resultados, se ha observado que los niveles son similares para ambas familias de contaminantes.

Precisamente, Eljarrat destaca que el uso de los compuestos organofosforados como plastificantes y la gran cantidad de residuos plásticos marinos podrían explicar estos niveles en los tejidos de delfín. De hecho, el Mar Mediterráneo está considerado una importante zona de acumulación de desechos plásticos flotantes (unos 423 gramos de plástico por kilómetro cuadrado, según estimaciones).

"Si nos centramos en la zona del Mar de Alborán, hay que tener en cuenta el impacto del cultivo en invernaderos, que utilizan gran cantidad de materiales plásticos, muchos de los cuales terminan flotando en la costa marina", advierte Renaud de Stephanis, de la asociación Conservación, Investigación y Estudio sobre los Cetáceos.

 

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