El coronavirus estrecha el confinamiento en los veleros

Publicado: 21/04/2020
Ha obligado a afianzar los amarres y ha restringir las salidas a tierra firme de los navegantes
Las medidas de confinamiento adoptadas con la declaración del estado de alarma el pasado 14 de marzo han dejado atrapados a decenas de viajeros de diversas nacionalidades que navegaban con sus propios veleros por la costa mediterránea, lo que ha obligado a afianzar los amarres y ha restringir las salidas a tierra firme de los navegantes.

Es el caso de Guillermo Jiménez y Katherine Stahr, una pareja natural de Argentina que permanece desde hace semanas encerrada a bordo del 'Shulco', su velero de 12 metros de eslora y cuatro de manga --unos 20 metros cuadrados habitables-- en cumplimiento de las medidas de confinamiento, aunque llevan cerca de dos años afincados en el puerto deportivo de Almerimar, en El Ejido (Almería).

"El confinamiento ha hecho un poco más cerrada la vida cotidiana, lo que más extrañamos es salir a pasear. Esperamos que en verano se pueda salir, pero creo que no será tan fácil, hay un poco de angustia ante la posibilidad de contagiarse de una enfermedad que parece difícil de controlar", ha explicado a Europa Press el propietario del velero, quien vive en él con su pareja desde hace ocho años.

La vida dentro del barco se ha vuelto más "hogareña", según Guillermo, quien únicamente ha salido dos veces para realizar una compra en un supermercado cercano a la dársena Conde de Barcelona dado que se han visto obligados a dejar de lado sus caminatas por el paseo marítimo. "La sensación es bastante extraña. Almerimar está prácticamente desierto y hay muy poca gente", ha confesado en relación a este espacio turístico.

En total, el Puerto Deportivo de Almerimar cuenta con 1.032 amarres, de los se encuentran ocupados el 80 por ciento, aunque no en todos ellos hay personas que pasan el confinamiento. "Al principio se fueron bastantes de los que están de tránsito. Han dejado el barco, han cogido un avión y han regresado a sus países de origen", ha explicado el capitán del puerto deportivo, Javier Marqués, quien por otra parte apunta el alto volumen de barcos que ha asumido el varadero, que está "en doble fila" con más de 140 naves.

"Hay gente que está en el barco y no sabemos ni que están, mucha gente guarda la cuarentena, sobre todo los ingleses, que se lo toman al pie de la letra. Si los ves es de milagro. Suele ser gente mayor y de riesgo, que tienen miedo a contagiarse", ha detallado el capitán del puerto, desde donde se han adaptado para ofrecer servicios gratuitos.

Aunque no está permitido el uso de los baños del puerto deportivo, desde la dirección se oferta sin coste la limpieza de pozos negros de los veleros, cuyos dueños deben usar sus propios aseos y duchas. También han puesto a disposición de ellos guantes y mascarillas, servicios de recepción de mensajería y se ha intensificado la limpieza de las dársenas, cuyos negocios hosteleros están cerrados. "Desde la directiva se estaba estudiando condonar a los establecimientos que tienen las terrazas dentro de las dársenas los gastos de abril", han señalado.

15 DÍAS SIN NUEVOS ATRAQUES

El capitán del puerto ha recordado que las medidas de confinamiento ha restringido también la navegación de recreo, ya que solo está permitida la navegación profesional y de pesca. "Llevamos dos o tres semanas tranquilos, ya son más de 15 sin que entre un barco por la bocana", ha indicado tras recordar que la zona de autocaravanas tuvo que ser desalojada por indicación de las autoridades.

Mientras, las personas que se encuentran en los amarres tratan de hacer vida normal dentro de sus "apartamentos flotantes". "Disponemos de agua y luz eléctrica, y eso ayuda. El barco permite estar en la cubierta al aire libre sin romper la cuarentena", ha explicado Guillermo, quien con sus vecinos sale a las ocho de la tarde a aplaudir a los sanitarios mientras que Katherina toca la campana del velero. También le tocará celebrar sus 54 años confinado.

"Las personas que están más cerca de nosotros, están en el pantalán opuesto, a unos 60 metros, creo que es una pareja de holandeses. Sobre el mismo pantalán a 80 metros tenemos también una pareja de finlandeses en su barco, pero no tenemos contacto", ha trasladado. Son las nuevas tecnologías, una vez más, las que les permiten mantener los vínculos con sus familiares en Argentina, con los que contactan varias veces a la semana por WhatsApp.

La pareja confía en poder volver a navegar próximamente, una vez que los puertos reabran, lo que les permitirá continuar sus visitas por la costa española tras haber recorrido ya Uruguay, Brasil, las islas del Caribe, las Ozores y el litoral de Portugal y sur de España. "Creo que vamos a salir adelante, hay que tener un poco de paciencia, cuidarse y respetar la cuarentena, para hacer las cosas como indica el Gobierno de España, que lo está llevando bien a pesar que los resultados no sean tan óptimos", ha valorado.

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