Un equipo de investigadores de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla han encontrado e identificado una serie de genes de resistencia a antibióticos que se usan para tratamiento de infecciones bacterianas, como respuesta al uso masivo de antibióticos que ha hecho que algunas bacterias se muestren resistentes a los tratamientos.
En un comunicado, la Universidad ha informado de que el estudio ha sido dirigido por el doctor Amando Flores, investigador del grupo ‘Expresión génica en bacterias de interés medioambiental’ en el Centro Andaluz de Biología del Desarrollo (centro mixto de la Universidad Pablo de Olavide, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Junta de Andalucía).
La investigación, que ha sido publicada en la revista internacional Scientific Reports, tiene como primera autora a María Teresa Álvarez-Marín, y se centra en que, en los últimos años, el uso indebido y masivo de los antibióticos ha provocado una mayor resistencia de las bacterias y una pérdida de la eficacia de estos medicamentos para eliminar infecciones.
De hecho, existen incluso bacterias que resisten a todos los antibióticos de los que disponemos en la actualidad. “Esta situación es muy grave y puede que, en un futuro, algo tan cotidiano como una operación quirúrgica sea imposible de realizar al no disponer de antibióticos que eviten las infecciones”, explican los investigadores.
La Organización Mundial de la Salud ya ha advertido que este puede ser el próximo gran problema sanitario a nivel mundial y que, si no toman las medidas hoy, se estima que para 2050, las enfermedades infecciosas serán la principal causa de muerte en el mundo (con 10 millones de muertes al año), incluso por encima del cáncer.
De ahí que conocer cómo son los genes y mecanismos de resistencia que hay en la naturaleza pueda ayudar a predecir cómo serán los futuros patógenos resistentes y a desarrollar estrategias para combatirlos.
En esta línea trabaja el equipo de investigación del CABD, desarrollando herramientas que mejoran la expresión del ADN ambiental por E.coli, y haciendo que se puedan detectar proteínas que no se detectarían sin ellas.
En concreto, los investigadores del estudio han hecho este tipo de análisis con ADN ambiental proveniente de suelo de una playa contaminada con petróleo y un suelo de una pila de compostaje de una refinería de petróleo, ambos en Andalucía.
Tras el análisis, “se han encontrado una serie de genes de resistencia a antibióticos de uso preferente o exclusivo en hospitales, algunos usados como último recurso en tratamientos en los que otros antibióticos ya no son eficaces. Son antibióticos para los que se conocen actualmente pocos genes de resistencia”, aclaran los investigadores.
Entre los genes identificados se encuentran nuevas versiones de lactamasas, proteínas que rompen antibióticos lactámicos, y que son muy eficaces y usados frecuentemente como tratamiento contra las infecciones, señalan los expertos.