El cómic es un hervidero de creatividad, de fertilidad gráfica, de magnanimidad aplicada. La traducción de lo inadvertido y la tradición de lo fabulado. Un ADN de autoría imaginativa. Un soplo de mil colores en la interpretación del entorno. El género artístico que entraña libertad, mezcolanza, nervura y evasión. La pasión del trazo, la intelectualidad del juego de muñecas, el pensamiento que germina a partir de la universalidad de la viñeta. El lenguaje del movimiento, el movimiento del lenguaje. EH Editores, del Grupo Romero Caballero, presentó el pasado viernes noche el primer volumen de una colección necesaria y nada arbitraria para los numerosísimos -y por veces crecientes en calidad y cantidad- seguidores y hacedores del cómic. El número 1 de 'Ilustradores Andaluces: cómic y animación' concitó el interés de casi doscientas personas en el salón de actos de la Escuela de Hostelería, entre las que se encontraban avezados aficionados pero asimismo mucho público considerdoa no lectores habituales del género. Precisamente esta obra -representativa, aglutinadora/rompedora- está inicialmente concebida para captar la atención, el aprendizaje, la ensoñación e inclusive la ilusión de quienes no cultivan la balsámica costumbre de adentrarse en la catártica lectura del cómic.
Presidieron el acto -a la sazón presentado y conducido por el responsable de la editorial EH Editores Álvaro Quintero- el presidente del Grupo Romero Caballero Francisco Romero Caballero, los cuatro autores/ilustradores de la obra en cuestión (a saber: Jesús Merino, Francis Porcel, Alberto Belmonte y Miguel Serrano), así como el prologuista Manuel Barrero. Francisco Romero Caballero aportó confidencialidad y pulsión vocacional en su sincero y empático discurso: "Mi aproximación a la lectura, a los resortes de la imaginación y a la interpretación del mundo nació y se consolidó a través del cómic. Sus personajes, sus héroes, sus protagonistas fueron, han sido y serán compañeros de viaje, de fantasía e incluso de capacidad de creación. Recuerdo cuando mi madre me regaló, como primera compensación por sacar buenas notas, un volumen de los Marvel. Fue el inicio de una pasión por el género que siempre he cultivado. Por eso hoy, como empresario, quiero decirles a estos autores dos palabras definitivas: muchas gracias. El resultado de este libro es encomiable. Y seguiremos en la brecha de apostar fortísimamente por esta eclosión de arte. Por una colección editorial que seguirá aportando ejemplares al género". A continuación subió al atril de oradores la responsable del departamento de diseño de EH Editores Pilar González García-Mier para agradecer a los ilustradores el trabajo realizado e igualmente para considerar y resaltar la apuesta empresarial a favor del universo del cómic.
Seguidamente intervino el autor del prólogo y director de Tebeosfera y estudioso de la historieta Manuel Barrero (quien, apoyado además en viñetas, dibujos y bocetos proyectados sobre pantalla, detalló con fundamento crítico los elementos diferenciadores y unificadores del estilo de los cuatro artistas). Barrero indicó que estos ilustradores "son tan distintos en sus estilemas como hermanados en sus herencias. Francis Porcel, dotado del espíritu de la 'bande dessiné' clásica, ha dibujado para Francia con un oficio que bascula entre Tardi y Loisel, también es un diseñador de animación inestimable, demostrado con el corto 'La dama y la muerte' (nominado a los Óscars de Hollywood 2010). Alberto Belmonte ha pasado de pintar cuadros al óleo a ser artistas de estampas fantásticas para el mercado británico y sobre todo estadounidense. Además destaca en estos últimos tiempos como diseñador de personajes y escenarios en Pizzel 3D Studios. Jesús Merino, forjado en anatomías heroicas, triunfa en solitario en el mercado estadounidense de los superhéroes, tras un periodo muy fértil de colaboraciones como entintador. Y Miguel Serrano, mecido entre espadas y brujos, es un creador inquieto de escenas neblinosas y seres poderosos y temibles que contrastan fuertemente con sus diseños de mundos animados, a los que insufla el aliento para que salten del papel a la pantalla".
Para Manuel Barrero, "este libro dice más de lo que muestra. Es un álbum de bocetos, dibujos, pinturas y recreaciones virtuales, pero a la vez es un destilado de los avatares de un gremio, el de los dibujantes, el de los ilustradores (…) que demuestra que han llegado hasta aquí partiendo de la seguridad de que hacen algo tan elevado como Arte o tan importante como Cultura. Hacen ilusión".
Tanto Jesús Merino, Francis Porcel, Alberto Belmonte como Miguel Serrano agradecieron vivamente -en consecutivas manifestaciones públicas- la iniciativa y el respaldo demostrados por el Grupo Romero Caballero y, en idéntica lid, por todas las personas que abarrotaron el salón de actos de la Escuela de Hostelería, a la par que abundaban en la trascendencia del cómic como lenguaje moderno y universal. Los artistas, al término del acto, estuvieron firmando ejemplares durante más de dos horas. Firmando o, por mejor decir, dibujando viñetas y dedicatorias. Que es al fin y al cabo la mejor rúbrica de sus prodigiosos talentos.