El país sufre una crisis económica desde hace varios años que se ha agudizado notablemente tras la invasión rusa
Egipto prohibirá a partir de la semana próxima y durante tres meses la exportación de cebollas después de que estas hayan aumentado sus precios en el mercado local en más de un 200 % en el último año - y casi un 40% en el último mes- , la última en una serie de medidas del país norteafricano destinadas a mitigar la galopante inflación.
Según un comunicado del Ministerio de Comercio e Industria, reproducido hoy por los medios locales, "la prohibición entrará en vigor el primero de octubre y durará hasta el 31 de diciembre" después que la fuerte subida del precio de un kilo de cebolla, ingrediente esencial para la cocina local, lo que afecta a la población con menos recursos.
Egipto está sumido en una crisis económica cada vez más aguda, con aumentos casi a diario de los precios de todos los productos, especialmente alimentarios, lo que ha llevado al Gobierno a prohibir la exportación de otros productos, como el azúcar, en medio de una inflación interanual de cerca del 40 %.
Esa cifra sin embargo no refleja el hecho de que la drástica alza de los precios afecta particularmente a los productos alimentarios, que si se comparan con los precios de agosto de 2022 han subido en términos generales un 71,9 %, con marcados incrementos en cereales y pan (48,6 %), carne y pollo (97 %), pescados y mariscos (85,9 %), productos lácteos (69,5 %) y verduras (98,4 %).
La nota del citado departamento apuntó que el Consejo de Ministros decidió no aplicar de forma inmediata la prohibición de la exportación de cebollas, y "posponerla hasta principios de octubre para completar la entrega de los acuerdos previamente acordados a los exportadores".
Egipto, con una población de más de 105 millones de habitantes, sufre una crisis económica desde hace varios años que se ha agudizado notablemente tras la invasión rusa de Ucrania y la inflación global, y cuyas repercusiones han afectado a una importante parte de la población del país norteafricano.
La crisis, marcada por una severa escasez de divisa extranjera, necesaria para la importación de productos, obligó al Gobierno egipcio a acudir de nuevo al Fondo Monetario Internacional en busca de nuevos programas de ayuda, que se unen a los otros dos que ya pidió desde 2016.
Esos programas exigen la limitación de los subsidios al combustible y otros productos, así como la libre flotación de la moneda local, entre otros puntos.
Egipto devaluó casi un 50% su moneda el año pasado, si bien no llegó aún a establecer un sistema de libre flotación, por lo que se espera que pronto se produzca otra nueva depreciación de la moneda. Es esta pérdida de valor de la libra egipcia es la que los expertos consideran está acelerando la inflación en el país africano.
A esto se unen condiciones climáticas desfavorables y problemas en la cadena de suministros, según indicó recientemente el Banco Central egipcio.