El Parque Nacional de Doñana, uno de los tesoros naturales de España y de reconocimiento mundial, ha sufrido un revés sin precedentes. En una decisión histórica, ha sido expulsado de la Lista Verde de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el mayor organismo ambiental global. Este acontecimiento no solo representa un golpe a la imagen del parque, sino que también pone en tela de juicio la eficacia de las políticas medioambientales implementadas por la Junta de Andalucía (PP).
Según publica el diario El País, la UICN, en una evaluación minuciosa llevada a cabo por un grupo de 10 expertos, concluyó que el Parque Nacional de Doñana no cumplía con los estándares necesarios para permanecer en su Lista Verde. Este grupo, denominado Grupo de Evaluación de Expertos para la Lista Verde (EAGL), se dedicó durante dos años a examinar la situación de la reserva, poniendo especial atención en la gobernanza y conservación de su biodiversidad. La decisión final, según palabras de James Hardcastle, director de áreas protegidas y conservadas de la UICN, fue que "por el momento el sitio no cumple con el estándar de la Lista Verde de la UICN".
La controversia surge cuando la Junta de Andalucía niega haber recibido tal comunicación. Esta actitud ha generado un debate sobre la eficacia de las políticas ambientales en Andalucía, y en particular, sobre las acciones del presidente Juan Manuel Moreno, quien ha promovido una "revolución verde" que, paradójicamente, incluía una ley para aumentar los regadíos en el entorno de Doñana. Esta ley, ahora retirada, fue identificada por los expertos como un factor crítico en el deterioro de la reserva.
La coordinadora regional de UICN para el Mediterráneo, Carla Daneluti, enfatiza que no hay errores en el proceso de evaluación y que la decisión tomada es firme. El informe final, presentado a principios de este año, reveló que de los 50 indicadores evaluados, Doñana solo cumplió con 17, lo que representa apenas un 34% de conformidad. Estos resultados son alarmantes, especialmente en áreas críticas como la gobernanza, la administración efectiva y la conservación exitosa, donde el parque mostró deficiencias significativas.
La situación de Doñana ha sido un tema de preocupación durante varios años. Ya a principios de 2020, la UICN encargó a un grupo de 10 expertos independientes la evaluación de las prácticas de gestión del parque. Tras dos años de análisis intensivo, el veredicto fue claro y contundente. Un equipo de verificación externo alemán ratificó la rigurosidad del estudio, descartando cualquier posible incompatibilidad en el proceso.
Ante la inminente crisis, la Junta reaccionó enviando una carta de queja a la UICN en junio pasado, intentando así influir en la decisión final. A pesar de este esfuerzo, la organización mantuvo su posición, respaldada por el análisis del verificador alemán. El escrutinio detallado reveló que Doñana solo había aprobado en el diseño y planificación con un 54%, suspendiendo rotundamente en los demás aspectos evaluados. Los expertos criticaron la falta de "acciones explícitas" para abordar las amenazas que afectan la conservación de especies y ecosistemas característicos del parque.
El director del parque, Juan Pedro Castellano, quien ha estado al frente tanto bajo gobiernos del PSOE como del PP, ha rechazado hacer comentarios sobre esta situación. Por su parte, el consejero andaluz de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul, Ramón Fernández-Pacheco, aunque se muestra esperanzado en que Doñana
