El tiempo en: Huelva
Publicidad Ai
Publicidad Ai

El callejón que llevó a Los Santos al paraíso

Amplia galería fotográfica del espectáculo

Publicidad Ai Publicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
  • -
El Gran Teatro Falla se llenó en la noche del martes para escuchar Carnaval, o mejor dicho, Canción de Carnaval, un espectáculo que surge a raíz del disco El Callejón de Los Santos de la comparsa de Jesús Bienvenido en el se entremezclaron buena música, humor, arte y un gran elenco de artistas que acompañaron a los componentes de la comparsa.
La acción se desarrolló de principio a fin, cómo no, en un callejón. Por allí pasó un barrendero, Andrés, que haciendo su trabajo narró las similitudes entre la vida y la calle. Tras él tomaron la escena algunos de los componentes, con Octavio de apuntador escondido tras una concha de plata, que con marcados golpes de humor dieron paso al primero de los temas. Esto era algo que se iba a ir sucediendo previo a cada canción, una pequeña y divertida parodia que encumbró a más de uno de los comparsista como gran cuartetero, y en algunos casos, como monologuista.
En eso llegó uno de los platos fuertes de la noche. Un Javier Ruibal de blanco impoluto tomó el escenario para compartir El Menda Lerenda con el creador de todo esto, Jesús Bienvenido.
Las parodias seguían, mientras que Dani Obregón, Arturo, Carlos Mera, Ramón Obregón, Kichi y alguno más, dejaban de lado la protección de la comparsa para enfrentarse solos al público, que agotó las entradas y les correspondió durante las más de dos horas que duró el espectáculo.
El segundo artista invitado era además un amigo de toda la vida, antiguo componente del grupo. La voz de David Palomar levantó al teatro con El Hijo Predilecto de la Alegría, y terminó por los suelos la actuación con los comparsistas que le sirvieron de coro, dando muestras del buen rato que pasaron sobre el escenario.
Después llegó una joven que encandiló a los asistentes con su belleza física y vocal. Muchos la descubrieron ayer y no olvidarán a India Martínez, que cantó El Rey de la Calle junto a Jesús Bienvenido. El carnaval en su más puro estilo no pudo faltar, y por el callejón se acercó a cantar un par de tandas de cuplés una ilegal formada por Dani, Andrés, Jesús, Carlos y Nono, a los que le siguió la Conga del Trasnochador, que llegó hasta el patio de butacas.
Detrás, dos de las letras más sociales del álbum, que levantaron al teatro. Primero Político ladrón, interpretada por Kichi y acompañado en el escenario por varios de los comparsistas mostrando carteles de protesta, y después Jesús Bienvenido con Nombres, ese genial pasodoble de Los Santos.
El público no quitaba ojo del escenario y rompió en aplausos cuando desde la bambalina salió Pasión Vega, fiel seguidora y amiga de la comparsa, que junto a Daniel Obregón cuajaron uno de los momentos más inolvidables de toda la noche con la ranchera Si me muero por tí. Pero ahí no acabó, puesto que aún faltaba otro de los platos fuertes. Manuel Carrasco y Jesús Bienvenido pusieron el broche de oro al espectáculo con Bienaventurados, penúltima cuarteta del popurrí de Los Santos (“Los Santos son ustedes...”).
El Callejón de Los Santos concluyó con la entrega simbólica a cada uno de los colaboradores del corazón de la comparsa, una hermosa reproducción enmarcada del corazón de Los Santos, con sus ocho puñales, para despedirse el grupo con Kichi, que hizo las veces de presentador: “Si el cielo existe, hoy habéis hecho que lo toquemos”.
El telón descendió, el público comenzó a desfilar y en el hall de entrada al teatro se encontraron con una sorpresa: la comparsa quiso agradecer la acogida de los asistentes y, allí mismo, acompañados sólo por una guitarra, cantaron un pasodoble el Los Santos que terminaba como ellos los hicieron ayer: “No tengo vida pa agradecerte Tacita mía lo que me has dao”.
En definitiva, un gran espectáculo al que le quedará la pena, de momento, de que sólo fuera representado ayer y no pueda disfrutarlo más público.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN