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Miércoles 26/06/2024  

Huelva

70 años de la muerte de Rafael Carbonell

El nombre de este torero está ligado a la historia taurina onubense porque era una figura prometedora y ha sido el único fallecido tras una cogida en Huelva

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  • Rafael Carbonell.

Rafael Carbonell llegó a totalizar trece actuaciones en el ruedo capitalino, en el que debutó el 11 de mayo de 1952. Pese a no tener grandes conocimientos ni una preparación adecuada, dejó estela de su auténtico valor, que le hizo ser el triunfador del festejo ganándose, además de las dos orejas de su oponente, la oreja de plata puesta en litigio.

Repitió actuación el 22 de mayo, logrando aquella tarde los máximos trofeos de su segundo. Pronto llegó una nueva repetición, el 12 de junio. De nuevo, magnífica actuación de Rafael, que realizó dos brillantes faenas que no tuvieron el fiel reflejo a la hora de matar.

La afición estaba con Rafael Carbonell y el 29 de junio iba a hacer un nuevo paseíllo, pero la lluvia lo impidió y el festejo se retrasó al 6 de julio. Los novillos no colaboraron y el onubense no tuvo opción alguna.

Un nuevo paseíllo realizó Rafael Carbonell el 18 de julio. Tampoco encontró colaboración en el ganado. No volvió a pisar el coso capitalino durante el resto de la temporada.

Pronto comenzó la temporada de 1953 y el 6 de enero actuó en un festival a beneficio de las obras del Santuario de la Virgen de la Cinta. Estuvo muy pundonoroso ante un novillo de escasas fuerzas. El 15 de marzo se celebró otro festival a beneficio de la Campaña de Navidad. Rafael lidió un novillo de Carbajal que dio pocas facilidades, por lo que no pudo lucirse.

Volvió para actuar en unos de los festejos de Colombinas, el 3 de agosto. En esta ocasión, cortó cuatro orejas y un rabo después de una actuación en la que se mostró muy valiente y muy enterado. Volvió a actuar el 6 de septiembre. Rafael estuvo bien con su primero, escuchando palmas, y resultó volteado en el otro, aunque pudo matarle y cortarle una oreja. Rafael sufrió una herida en la región glútea, en el cuadrante superior externo, que interesó piel y tejido celular subcutáneo, siendo calificado como menos grave.

Nuevo paseíllo el 4 de octubre. Sus deseos de triunfos se estrellaron frente a un novillo sin fuerzas que no se mantenía en pie, por lo que se limitó a pasaportarlo. Se anunció para el 12 de octubre pero el festejo hubo que aplazarse, a causa de la lluvia hasta el día 18. Entonces, las reses no colaboraron y ninguno de los tres matadores pudo lucirse.

Su primera actuación en su tierra en la temporada de 1954 fue el 31 de enero en un festival. Rafael resultó con contusiones y erosiones en la rodilla derecha, calificadas de pronóstico leve y que se produjeron durante la lidia de su astado, que fue rematado por Joselito Romero. Su siguiente actuación fue el 27 de mayo. Rafael logró una oreja en su primero y dos en el otro, saliendo a hombros.

Una tarde para olvidar

Y llegamos a la trágica tarde del 17 de junio, en la que hizo el paseíllo junto a Joselito Romero y Alejandro Arnos ‘El Venezolano’, con reses de Dolores Martín Carmona. Cuando toreaba de capa sufrió dos aparatosos revolcones y al iniciar su faena de muleta, por redondos, en el primero de la tarde resultó cogido aparatosamente.

La plaza quedó impresionada, presintiendo la gravedad del percance. En la enfermería fue asistido por una herida en el vértice del Triángulo de Scarpa derecho, con trayectoria ascendente por debajo del paquete vascular, con sección de la vena femoral y con un trayecto ascendente por debajo del arco anal derecho, poniendo al descubierto la boca externa, siguiendo el trayecto ascendente por debajo de la cresta ilíaca, despegando el peritoneo posterior. Hematocele de pecho, hemorragia interna y shock traumático, pronóstico gravísimo. El infortunado diestro dejaría de existir poco después en la misma enfermería de la plaza de toros.

La noticia conmocionó a la ciudad, que vivió unas horas trágicas hasta su sepultura, que constituyó una auténtica manifestación de duelo que recorrió toda la ciudad desde la casa natal, en la barriada de Viaplana, hasta el centro, antes de continuar hasta el cementerio. Miles de personas le acompañaron mientras la ciudad vivía una jornada de luto.

 

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