El 63 % de la población andaluza respiró aire contaminado por encima de los nuevos límites legales, según el informe sobre la calidad del aire de Ecologistas en Acción, que señala que 5,4 millones de andaluces estuvieron expuestos en 2023 a una contaminación que excede los nuevos límites aprobados para 2030 por el Parlamento Europeo.
En el segundo año más cálido desde 1961, se produjeron numerosos episodios de contaminación por partículas y por ozono, y las peores situaciones por este causa se dieron en Villanueva del Arzobispo (Jaén) y las áreas urbanas de Córdoba, Granada, Málaga y Sevilla.
Las áreas urbanas de Algeciras (Cádiz), Córdoba, Granada, Málaga y Sevilla incumplieron el nuevo límite legal anual del dióxido de nitrógeno, mientras que las ciudades andaluzas no han implantado las obligadas zonas de bajas emisiones, y las aprobadas no son eficaces, según Ecologistas en Acción.
El informe analiza los datos recogidos en 785 estaciones oficiales de medición instaladas en todo el Estado español, entre ellas 101 situadas en Andalucía, y también señala que durante 2023 la calidad del aire en Andalucía ha mejorado respecto a los años 2022 y anteriores a la pandemia.
Eso ha sido así por una reducción significativa de los niveles de partículas en suspensión, dióxido de nitrógeno y ozono troposférico.
El informe de Ecologistas en Acción toma como referencia los nuevos valores límite aprobados por el Parlamento Europeo el pasado 26 de abril, que deberán alcanzarse antes de 2030.
De acuerdo con estos umbrales, el aire contaminado afectó en 2023 a casi dos terceras partes de la población andaluza, lo que expresa la magnitud del reto a asumir por las administraciones en los próximos años para alinearse con la nueva legislación.
Considerando la normativa todavía vigente, la población que respiró aire contaminado por encima de los obsoletos límites legales actuales se redujo a 22.000 personas en la zona de Villanueva del Arzobispo (Jaén).
Y la superficie expuesta a niveles de contaminación que dañan la vegetación se limitó a 3.400 kilómetros cuadrados, el 4 % del territorio andaluz.
Si se tienen en cuenta los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), mucho más estrictos que los límites legales vigentes y nuevos, y el objetivo a largo plazo para proteger la vegetación de la Unión Europea, el aire contaminado afectó en 2023 a la totalidad de la población y el territorio andaluces.
El año 2023 fue seco y el segundo más cálido en España desde al menos 1961, y la estabilidad atmosférica activó los episodios de contaminación por partículas, en su mayor parte procedentes del norte de África.
El elevado calor estival contribuyó al aumento del ozono, en especial durante las olas de calor de julio y agosto, mientras que, según Ecologistas en Acción, el cambio climático se confirma como un factor determinante en el agravamiento de los episodios de mala calidad del aire.
El factor esencial para explicar la caída de la contaminación atmosférica durante 2023 es la evolución de la actividad económica tras la pandemia de la Covid-19.
El consumo de combustibles fósiles y electricidad se redujo el año pasado y las fuentes renovables cubrieron más de la mitad de la demanda eléctrica, limitando las emisiones de las centrales térmicas de ciclo combinado, estando cerradas la mayoría de las de carbón, las más contaminantes.
Según la organización ecologista, la contaminación del aire debería abordarse como un problema sanitario de primer orden, ya que, según la Agencia Europea de Medio Ambiente, en 2021 fallecieron prematuramente hasta 21.000 personas en el Estado español por enfermedades agravadas por la mala calidad del aire, en torno a 4.000 de ellas en Andalucía, según el Instituto de Salud Global.
Los costes sanitarios y laborales derivados de la contaminación atmosférica representan según el Banco Mundial 50.000 millones de dólares al año, un 3,5 % del PIB español.