La Santa Iglesia Catedral de Huelva ha sido el escenario, este domingo, de la solemne apertura del Año Jubilar concedido a la Diócesis por la Santa Sede, en una jornada marcada por la fe, la devoción y una “masiva participación de fieles”.
La celebración comenzó con una procesión extraordinaria, que partió a las 11.00 horas desde la Parroquia Mayor de San Pedro Apóstol y estuvo presidida por la reliquia ex Lignum Crucis, uno de los fragmentos más venerados de la cruz en la que murió Jesucristo.
La procesión recorrió las principales calles del centro de la ciudad, reuniendo a numerosos fieles que acompañaron este símbolo de la pasión de Cristo con cánticos y oraciones. El Lignum Crucis, portado con solemnidad, se convirtió en el centro de la devoción durante el trayecto, que culminó en la Santa Iglesia Catedral. Allí, los fieles atravesaron la Puerta Santa, marcando el inicio oficial del Año Jubilar, en “un gesto lleno de simbolismo y esperanza”, según ha indicado la Diócesis en un comunicado.
Durante la Eucaristía, se proclamó el Evangelio de San Lucas (2, 41-52), que narra el episodio de Jesús perdido y hallado en el templo. En su homilía, el obispo de Huelva, Monseñor Santiago Gómez Sierra destacó el “profundo significado del Año Santo Jubilar”, explicando que “este tiempo especial es una oportunidad para celebrar la alianza entre Dios y la humanidad”.
“Esta efeméride es celebrar, renovar ese desposorio, esas bodas de Dios con el mundo, la humanidad, nuestra naturaleza humana”, afirmó el obispo.
También subrayó cómo el pasaje evangélico proclamado “refleja esa relación íntima entre Dios y el hombre a través de la peregrinación de la Sagrada Familia”, invitando a los fieles a profundizar en el misterio de Cristo como “Hijo de Dios y Salvador del mundo”.
La celebración incluyó además la lectura del decreto de concesión del Año Jubilar firmado por el Papa Francisco, así como el rito de apertura de la Puerta Santa.
El obispo hizo un llamado a la comunidad diocesana “a vivir este tiempo como una oportunidad de reconciliación, fortalecimiento de los lazos familiares y renovación de la fe”.