La vida y los horarios de un agente de policía que persigue a quienes huyen de la Justicia "depende mucho de la vida de los investigados, de los malos", explica Fernando González, jefe de la sección de fugitivos de la Policía Nacional.
González participa esta semana en el festival Pamplona Negra, donde, en una entrevista con EFE, narra en qué consiste su trabajo y las dificultades que existen en el día a día de la sección.
El grupo nació en 2004 con la entrada en vigor en España de la orden europea de detención. "Fue un momento de gran cantidad de peticiones de colaboración por otros países. Muchos fugitivos estaban en España por la apertura de fronteras o por ser el destino turístico por excelencia. En los años 90 fue el auge del narcotráfico y venían a España porque se vive muy bien", cuenta.
La sección está dividida en dos grupos: quienes se encargan de los fugitivos internacionales prestando más atención a los europeos, y quienes se encargan de los nacionales y de los de América Latina. En total son 23 personas trabajando, pero en cada provincia hay un grupo para los fugitivos.
"La coordinación es fundamental y los resultados de este grupo son fruto de la colaboración con otros grupos en España. Somos el grupo central y coordinamos, pero en cada provincia hay un grupo que, aunque no sea específico de fugitivos ya que se dedica al crimen organizado, lo compaginan. Sin ellos sería imposible obtener los resultados que tenemos", apunta.
De hecho, para mejorar el servicio que presta este cuerpo policial, González habla de uno de los retos futuros: "Aprovechar las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial para automatizar los procesos de análisis de información, que también pueden hacer vigilancias y seguimientos".
El perfil de un fugitivo
González es el jefe de la sección desde hace seis años y afirma que "ningún fugitivo tiene las mismas características, cada uno tiene sus circunstancias personales y sus recursos", por lo que cada uno conlleva un trabajo de información, análisis y planificación específico.
"Damos prioridad a los que están reclamados por delitos más graves porque, por volumen, no damos para todos: asesinato, homicidio, agresiones sexuales, crimen organizado, tráfico de droga. Evaluamos el riesgo del delincuente. Si sabemos que hay un posible agresor de menores en España eso pasa a ser una prioridad porque la detención de fugitivos es prevención también", explica.
"Las prioridades van surgiendo en cada momento por el perfil del delincuente, por cuestiones estratégicas, por el riesgo de reincidencia. Cuando otros países nos piden que centremos los esfuerzos intentamos corresponder de alguna manera", añade.
Durante estos seis años le ha tocado vivir, y le ha tocado dirigir, casos llamativos como el de Hugo 'Pollo' Carvajal, exmilitar venezolano que huyó de la Justicia y se mantuvo escondido durante meses. En este caso trabajó codo con codo con la DEA. "Se fugó y nos tuvo más de un año dedicando esfuerzos. Estaba en una casa de la que casi no salía, cambiaba de residencia cada dos meses", cuenta González.
"No hay un día normal"
El jefe de fugitivos asegura que en su trabajo "no hay un día normal, cada uno es diferente. Tu vida y tu horario dependen un poco de la vida y los horarios de los investigados, de los malos".
En líneas generales tienen "reuniones con policías de otros países" para coordinarse. "Todos los casos empiezan por el análisis de la información. Hay momentos en los que no tenemos tiempo de planificación. Hay veces que no hay tiempo y asumes riesgos", cuenta.