La igualdad de género se ha convertido en uno de los ejes centrales del debate político en Europa. En un contexto de avance de los movimientos ultraconservadores, Lina Gálvez, presidenta de la Comisión de Derechos de las Mujeres e Igualdad de Género en el Parlamento Europeo, advierte sobre la amenaza que supone la extrema derecha para los derechos alcanzados durante una entrevista en el programa Acento Andaluz de 7TV Andalucía.
"El feminismo es el movimiento más democrático del siglo XX y XXI. Y precisamente por eso, los movimientos antidemocráticos van en su contra", sostiene con determinación. Para Gálvez, la estrategia de estos sectores es clara: erosionar los avances en igualdad para imponer un retroceso social. Según su análisis, la ofensiva contra los derechos de las mujeres no es un hecho aislado, sino que responde a una agenda bien definida.
"Hay una agenda detrás. Atacan las leyes de igualdad para que las mujeres volvamos a casa y tengamos niños. Y por eso estos movimientos también son homófobos y racistas", afirma. La evidencia de este retroceso se refleja en países como Argentina y Estados Unidos, donde los discursos ultraconservadores se han traducido en políticas que impactan directamente en los derechos de las mujeres.
Para Gálvez, esta situación es un síntoma de lo que podría ocurrir en otras democracias si no se reacciona a tiempo. "Es el canario en la mina. Si dejamos que esto pase, estamos a dos pasos de perder nuestras democracias", advierte.
La europarlamentaria enfatiza que los ataques contra la igualdad de género forman parte de una estrategia más amplia de los movimientos ultraconservadores, que buscan consolidar un modelo de sociedad basado en la desigualdad y el control sobre las mujeres. "No es casualidad que los ataques contra la igualdad vayan de la mano con discursos racistas y xenófobos. Lo que están intentando es reconstruir un modelo de sociedad basado en la desigualdad y el control de las mujeres", denuncia.
En el Parlamento Europeo, el debate sobre cómo frenar esta ola reaccionaria está en marcha. La preocupación no es sólo evitar retrocesos, sino también garantizar que los derechos alcanzados sigan avanzando. "Estamos viendo cómo en muchos países de la Unión Europea, con gobiernos de extrema derecha o aliados con ella, se están desmantelando políticas de igualdad. Hay que estar muy alerta, porque esto no es sólo una batalla cultural, es una batalla política", subraya Gálvez.
A pesar de los intentos de retroceso, la resistencia feminista sigue firme. Desde la Comisión de Derechos de las Mujeres e Igualdad de Género, la lucha se mantiene activa. "Estamos viendo un movimiento internacional que lucha por no perder derechos. No podemos permitir que normalicen discursos que nos devuelvan a un pasado donde las mujeres éramos ciudadanas de segunda", concluye.
Desde Europa, la batalla por la igualdad sigue viva, pero el riesgo de retroceso es real. La defensa de los derechos de las mujeres no es una cuestión de principios, es una necesidad urgente para preservar la democracia y la justicia social.