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Adepa recurrirá el auto que desestima revisar el convenio de Atarazanas

“Vamos a llegar hasta el final, las Atarazanas no se merecen un proyecto inacabado”, sentencia Joaquín Egea, que espera que el TSJA les dé la razón

  • Adepa recurrirá el auto sobre las Atarazanas. -
  • El juzgado número 9 de lo Contencioso Administrativo desestima la demanda presentada por la asociación conservacionista

La Asociación para la Defensa del Patrimonio Histórico de Andalucía, Adepa, ha anunciado que recurrirá el auto del Juzgado número 9 de lo Contencioso Administrativo que desestima “inesperadamente” su petición de ejecutar del convenio en los términos que se había firmado con la Junta de Andalucía y con La Caixa para la rehabilitación de las Reales Atarazanas de Sevilla.

“Vamos a llegar hasta el final, las Atarazanas no se merecen un proyecto inacabado”, sentenciaba el presidente de Adepa, Joaquín Egea, que espera que el TSJA les dé la razón después de que la magistrada haya emitido un auto en el que da por cumplido el convenio y anula la vista prevista para el 28 de mayo en la que las partes iban a aportar sus conclusiones.

Según Adepa, se ha incumplido en varias ocasiones el convenio, ya que no se ha reunido la comisión de seguimiento cuando se detectaron las 300 grietas en el Hospital de la Caridad ni cuando se detectó el colector subterráneo, filtraciones de aguas fecales incluidas que continúan, ni cuando se comprobó que la cota original era más alta que la que se creía, ni al conocerse en septiembre de 2024 que se había presentado un modificado del proyecto que ya incluye la no excavación de las naves, algo inherente al convenio firmado.


Es “incoherente”, decía el arquitecto José García Tapial, sobre la decisión de la jueza de desestimar la petición de Adepa y dar por cumplido el convenio, cuando ni siquiera la Caixa, la Junta ni ellos habían presentado las pruebas y los informes técnicos, recordando tanto él como Egea que las filtraciones se enteraron por terceros y el modificado del proyecto, porque fueron a ver el expediente en la Gerencia de Urbanismo.

“Se le ha hurtado a las partes la posibilidad de defender su postura”, decía el abogado Pablo Ollero, apuntando la “profunda indefensión” que supone que resuelva sin fijarse las pruebas cuando “lo que se está ejecutando no son las obras que homologó el juzgado” mediante una sentencia para levantar las medidas cautelares.

A estos incumplimientos del convenio le suman el hecho de que el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra, como director de la obra, certificó ante el Colegio de Arquitectos el 1 de julio de 2024 que había terminado la obra y “reconoce que las naves siguen inundadas”, es decir, “sin solucionar el problema de las aguas fecales”.

Sin embargo, en la Gerencia de Urbanismo consta que la obra “está viva” y “hay gente trabajando”, por lo que se han preguntando qué obra se está haciendo en estos momentos y quien la está ejecutando. “El certificado final de la obra es muy importante para el seguro de responsabilidad civil”, recordaba García Tapial, apuntando que desde ese 1 de julio el Vázquez Consuegra ya no sería responsable de los daños.

Causa-efecto y las responsabilidades

José Luis de Justos, presidente de la Real Academia Sevillana de las Ciencias, también ha querido dejar claro antes de iniciarse las obras se certificó que no había daños en el Hospital de la Caridad pero sí se detectaron tras la obras de la pantalla, que incluía la introducción de 104 pilotes aunque fueron 69 tras detectarse hasta 300 grietas, al igual que la rotura del colector.

“Hay una causa-efecto”, apuntaba, señalando que no se colocó la instrumentación que detecta inclinaciones y deformaciones. “Se han colocado una vez que se han provocado los daños”, sentenciaba, “es responsabilidad de ellos al no colocar la instrumentalización”.

“Todavía se puede cumplir perfectamente con el convenio, el dinero está ahí presupuestado”, decía Joaquín Egea, recordando que el hecho de que el arqueólogo Fernando Amores certificara que la cota original sea de 2,5 metros en lugar de los 5 que creía inicialmente no impide excavar. Adepa pedía que fueran las naves 5 y 6 y “terminamos aceptando la 7”, que rechazaban por ser la más cercana a la muralla, pero “se decide no hacer nada y no excavamos ninguna”. “Da la impresión de que al arquitecto jamás le gustó que se trabajara allí”, decía Egea.

El presidente de Adepa recordaba que, hasta este momento, no han recurrido a la Ley de Patrimonio para defender los antiguos astilleros medievales de Sevilla pero ya analizan si “recurrir a otros caminos”. “Vamos a llegar hasta el final. Las Atarazanas no se merecen un proyecto inacabado”, sentenciaba esperando que el TSJA les dé la razón y se cumpla lo acordado.

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