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Fechan para final de 2012 el juicio de la niña fallecida por presunta negligencia

Después de que la madre iniciara una huelga de hambre en Nochebuena

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  • La madre de la niña -
La Audiencia Provincial de Huelva ha comunicado a Elena Masera, la madre de Ch.L.M., una niña de ocho años de edad que ingresó en el Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva el 24 de diciembre de 2005 aquejada de una apendicitis y que falleció tres días después a causa de una mortal infección, que el juicio por la muerte de la pequeña podría celebrarse entre diciembre de 2012 y enero de 2013.

Todo ello después de que el pasado 24 de diciembre, coincidiendo con el sexto aniversario del ingreso de la niña en el hospital, la madre de esta menor iniciara una huelga de hambre en las inmediaciones de la Audiencia Provincial con el fin de reclamar que se pusiera fecha a dicho juicio al entender que "han pasado muchos años sin saber nada del caso", una huelga de hambre que fue interrumpida horas después tras recibir la visita del juez decano de Huelva, José Manuel Borrero, y comprometerse éste, según Masera, a "hacer lo posible" por "agilizar" dicho procedimiento, que, a su juicio, acumula un "retraso excesivo".

En declaraciones a Europa Press, Masera se ha mostrado "emocionada" al obtener una fecha para el juicio porque, aunque queda un año, "ya tengo un horizonte", ha espetado, y ha agradecido que Borrero "se haya comprometido y haya analizado el caso personalmente", por lo que ha descartado retomar la huelga de hambre que anunció para el día 31 de diciembre si la fijación de la fecha del juicio continuaba demorándose.
Por su parte, fuentes de la Fiscalía han asegurado a Europa Press que el caso ya ha sido asignado al Juzgado de lo Penal número 1, el cual está pendiente de resolver sobre las pruebas.

CUATRO MÉDICOS IMPUTADOS

El pasado mes de abril, el Juzgado de Instrucción número 2 de Huelva imputó a cuatro médicos del Hospital Juan Ramón Jiménez por un presunto delito de homicidio por imprudencia profesional, tras la muerte de la pequeña.

Cuando sucedieron los hechos, en diciembre de 2005, la familia de la niña presentó una denuncia en el citado juzgado con el fin de que se investigara esta presunta negligencia en la muerte de la menor, que ingresó el 24 de diciembre aquejada de una apendicitis y falleció tres días después a causa de una mortal infección.

En esas fechas, en declaraciones a Europa Press, la madre de la menor, Elena Masera, lamentó que, a pesar de que su hija "se quejaba de fuertes dolores en la tripa y tenía fiebres muy altas tras una operación de apendicitis que los médicos calificaron de normal, los facultativos no hicieron nada por determinar el origen de estos síntomas, que desembocaron en su muerte".

Según relató, la niña ingresó en el Juan Ramón Jiménez el 24 de diciembre de 2005 aquejada de una apendicitis de la que fue intervenida ese mismo día, aunque al día siguiente "comenzó a tener vómitos y diarreas, mientras la fiebre con la que ingresó tampoco remitía".

La madre de la menor fallecida comentó que, a pesar de su intranquilidad y de su llamada a los médicos, "éstos insistían en que se trataba de un cuadro médico normal de un postoperatorio, que se había visto agravado por una gastroenteritis, sin que le hicieran ningún tipo de pruebas, a pesar de que se pasaban a ver a la niña a la habitación".

"AMANECIÓ MORADA Y MUY DÉBIL"
Esta situación se fue agravando, según apuntó Masera, hasta el día 27 por la mañana, en que, "después de dos noches sin dormir por los fuertes dolores y a pesar de los calmantes que le habían puesto, la pequeña amaneció morada y muy débil, por lo que fue trasladada de urgencia a la UCI, donde murió horas más tardes sin que los médicos pudieran hacer nada por reanimarla de una parada cardiaca originada por la infección".

La madre de la menor apuntó que los médicos le dijeron que la afección de la pequeña había derivado en una peritonitis que había infectado a la niña, de forma que "la inflamación que presentaba en la tripa se debía al pus de la infección".

En este sentido, Elena Masera justificó la denuncia presentada argumentando que "una simple radiografía para determinar el origen de la fiebre y las dolencias habría salvado la vida de mi hija" y añadió que, "si los médicos consideraron que esta reacción podría darse, no entiendo cómo no se controló el proceso de recuperación de mi hija, máxime cuando presentaba unos síntomas que se iban agravando y de los que tuvieron constancia en todo momento".

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