Curiosamente en campaña electoral eran muy pocos los puntos de encuentro entre ambas fuerzas políticas. Mientras el PSOE se desangraba por los casos de corrupción en los que se encuentran vinculadas personas próximas o pertenecientes al partido, Izquierda Unida acechaba intentando pescar los votos más extremistas de los socialistas, atizándoles sin compasión. Pero ahora, Valderas “el enamorado” le hace el “boca a boca” a Griñán y le devuelve la vida.
La actitud del PSOE la entiendo. Es claramente un partido que después de treinta años en Andalucía está formado por un gran número de personas de dudosa ideología y que se han acercado al poder para posicionarse al lado de los que mandan. Nada más hay que ver lo que les gustan los lujos y los coches oficiales, nada propio de los socialistas de verdad. Es normal que los dirigentes del PSOE actúen como están actuando porque su único interés es seguir manteniendo sus privilegios. Los andaluces les damos igual.
Y de los líderes de IU también me lo esperaba, sin embargo tengo mis dudas de que las bases de Izquierda Unida vean con agrado este matrimonio de conveniencia. Está claro que Valderas, ahora, se pirra por los huesos de Griñan porque ha descubierto, a la vejez, su amor platónico.
Todavía no sabemos si el enamorado Valderas va a ser capaz de exigir a Griñán las comisiones de investigación por el caso de los ERES, porque ya nos hablan de que será la fórmula que elija un grupo de trabajo. ¿No le suena a historia de Corín Tellado? Los dos enamorados van a protegerse mutuamente en su amor y lo van a ocultar al resto de andaluces que queremos saber la verdad.
Suena a prensa rosa que Valderas y Griñan hablen de un plan de choque contra el paro. Los unos porque son los campeones del paro, los otros porque no son capaces de hacer nada si no es con el dinero de otros. Con su dinero y el de todos los andaluces.
Si quieren darse un beso en la boca, que se lo den, pero, por favor que no nos obliguen a asistir al banquete porque los andaluces, sea cual sea nuestra ideología y nuestro voto, todavía tenemos la suficiente dignidad como para identificar lo que no es más que un matrimonio de conveniencia.