Un puente, un fin de semana, una oportunidad para disfrutar de un destino infinito como es Andalucía, una región en la que la oferta es tan amplia y variada como su geografía y como su historia. Un puente, un fin de semana, una oportunidad para perderse en algunas de sus playas infinitas a pesar de las temperaturas; una oportunidad para disfrutar de sus parajes protegidos, verdaderos vergeles en los que la naturaleza comparte protagonismo con el hombre; una oportunidad para adentrarse en su inmenso legado patrimonial y cultural, con vestigios que van desde los tartesos hasta los musulmanes, pasando por el cristianismo, el barroco o el renacimiento; una oportunidad para compartir su gastronomía, sus tapas, sus vinos, sus dulces; y una oportunidad única para disfrutar con sus gentes, el verdadero patrimonio de Andalucía.
Cojan un mapa y elijan destino. Marquen de inicio su ciudad, su pueblo, y tracen una ruta para disfrutar de Andalucía. Estamos en invierno y la estación de esquí de Sierra Nevada le ofrece la oportunidad de disfrutar, no sólo de los deportes de nieve, sino también de unas magníficas infraestructuras para disfrutar con la familia o incluso para una escapada romántica en la que no falte un toque de aventura deportiva.
Y si es el deporte el que le atrae, existen innumerables empresas que se dedican durante todo el año a organizar todo tipo de actividades a practicar y para todos los bolsillos y edades, desde los náuticos al golf, pasando por los deportes a caballo y sin olvidar los relacionados con la naturaleza, por equipos o de manera individual, para mayores y menores. U optar por el descanso, por los spa o los balnearios, o perderse en algún pueblo, disfrutar del turismo rural.
Este último quizás pueda ser uno de los atractivos más interesantes y variados que pueda ofrecer Andalucía en esta época del año. Cojan de nuevo el mapa y decidan qué comarca visitar: los pueblos blancos de Cádiz, la sierra de Huelva, la Axarquía malagueña, las ciudades monumentales que salpican toda la geografía andaluza. Decidan y escojan: quizás visitar la Alhambra, el Generalife, el Albaicín... Una de las mejores opciones, compatible con una escapada a la nieve.
Quizás perderse por las ciudades patrimonio: una escapada a Úbeda y Baeza; imprescindible acompañarla con su gastronomía y con su artesanía. Optar, tal vez, por acercarse a las ciudades bañadas por el Guadalquivir: la visita nocturna a la Mezquita-Catedral de Córdoba, una obligación; perderse por el casco histórico de Sevilla, callejear por el Barrio de Santa Cruz y seguir la senda de la Giralda hasta llegar a la Catedral; alcanzar la Tacita de Plata y disfrutar de Cádiz trsas la celebración del bicentenario de la Constitución de 1812.
Para disfrutar del inmenso legado patrimonial y monumental de Andalucía no hace falta elegir rutas de autopista. También puede perderse eligiendo esas antiguas nacionales que nos llevan a parajes extraordinarios y a pueblos inmensamente ricos en todos los aspectos. Desvíense de la Autopista del Quinto Centenario, la A-92 o la Nacional IV y acérquense a Osuna o a Estepa, o piérdase por los Vélez de las sierras almerienses; desvíese y busque la mejor ruta para llegar a Ronda, a Carmona o a Aracena; busque y adéntrese en el Valle de los Pedroches, en las sierras de María, Mágina o meta en el GPS Santiago Pontones, en los límites de la Andalucía jiennense. Y no se pierda, por favor, el inmenso patrimonio natural de Andalucía: busque, elija y disfrute. Tiene mucho donde escoger.
Pero si algo no puede olvidarse en estas escapadas, junto con una amplia oferta residencial que va desde los hoteles de cinco estrellas hasta coquetas casas rurales donde olvidar el trajín diario, es la gastronomía. Como dice el refrán: donde fueres, haz lo que vieres. Pidan y disfruten de los variadísimos manjares locales. No se arrepentirán.
La ruta por los aljibes del Albaicín granadino
Aunque la Alhambra sea el monumento más visitado de Granada y de España, la ciudad posee otros atractivos dignos de conocer y de disfrutar si tiene unos días para viajar. Se trata de la ruta de los Aljibes del Albaicín, un barrio tradicional y muy pintoresco de la ciudad que no se arrepentirá de visitar.
Se trata de aljibes públicos, uno de los elementos patrimoniales característicos del barrio, un elemento que lo define e identifica. Estos pozos de agua tenían -a partir del siglo XI -en el pasado la función de abastecer de agua a los vecinos, y hoy son un elemento característico del paisaje del Albaicín. Son importantes también porque sin ellos jamás hubiera sido posible que la población se asentara en la colina.
En la actualidad es posible contabilizar un total de 27 aljibes, que datan en su mayoría de la época islámica y que estuvieron en uso hasta la mitad del siglo XX, lo que los hizo conservarse hasta nuestros días.
Algunos son más conocidos, como el aljibe de la plaza San Miguel, o el Aljibe del Rey, el mayor de los aljibes musulmanes de Granada, con más de 300 m3 de capacidad. Destaca también el Aljibe de San Cristóbal, que está situado a 6,30 m bajo el nivel de la calle; hay que descender por una escalera.
La ciudad ofrece visitas guiadas a los aljibes del Albaicín, un itinerario guiado por un experto que comienza en el Aljibe del Rey, sede de la Fundación AguaGranada, y prosigue por Aljibe del Polo, Iglesia del Salvador, Aljibe de las Tomasas, Aljibe del Trillo, Alminar de San Juan de los Reyes, Restos de la Puerta de los Adufes y El Bañuelo, el baño árabe más antiguo de los que se conservan en la urbe granadina.
Andalucía y el agua
La existencia de estos aljibes pone en evidencia la importancia que el agua ha tenido siempre en la historia de Andalucía a través de balnerarios o baños árabes, pero también su uso como elemento de salud, uno de los destinos por los que optar ante un puente o una escapada.
La oferta de balnearios, spa y resort es amplísima y recorre todas las provincias andaluzas, desde la Sierra de Alhamilla en Almería hasta las aguas cristalinas de Loja o de Lanjarón, el de Alhama de Granada o el de Canena en Jaén, una variedad de opciones para invertir el tiempo en relax y salud. Aguas termales, lodos, fangos, barros, masajes, baños terapéuticos, chorros a presión, terapias con algas... son los componentes principales para un tratamiento terapéutico en balnearios y hoteles especializados que cuentan con espacios preparados ello.