La voz del Deán de la Catedral, Francisco Juan Martínez Rojas, será este domingo la que pregone a la Semana Santa de 2013, en el Teatro Infanta Leonor, a las 12 horas. Asegura que su nombramiento representa un “honor y un reto” ya que manifiesta la “benevolencia” que la Agrupación de Cofradías ha tenido eligiéndole y porque un pregón es un” género difícil, y se puede entender desde muchos prismas, hasta el punto que se puede afirmar que no hay dos pregoneros iguales ni dos pregones semejantes”.
Ser pregonero de la Semana Santa de Jaén es siempre una responsabilidad, ¿cómo afronta este reto?
–Con serenidad y humildad. Intentaré desempeñar la responsabilidad que representa ser pregonero de la Semana Santa de Jaén intentando hacerlo lo mejor posible, sabiendo que me han precedido en esta difícil cátedra mejores oradores y cofrades que yo.
¿Qué enfoque le dará a su pregón?
–No voy a ceñirme a ofrecer un recorrido procesional de Domingo de Ramos a Domingo de Resurrección, ni tampoco voy a limitarme a glosar aspectos históricos y costumbristas de las cofradías. Ofreceré un tríptico de las virtudes –fe, esperanza y caridad- en las que reflejaré a las cofradías y hermandades de Jaén, recordando siempre que el paisaje espiritual de Jaén está marcado por la presencia de la cruz de Cristo y su valor redentor, como recuerda visualmente la cruz del cerro de Santa Catalina.
En el Año de la Fe ¿qué mensaje hay que lanzar en un pregón pronunciado por un sacerdote?
–Sin hacer una homilía, debe animar a las cofradías a vivir su identidad más profunda, que es el fomento de la vida cristiana mediante el culto a las imágenes titulares, la formación evangelizadora y el ejercicio de la caridad.
Decía que no hay dos pregones iguales ¿En qué se diferenciará su pregón del resto?
–Se diferenciará en que es mi pregón, lo mismo que cada pieza de este género es el pregón de su pregonero. En él uno se refleja, plasma sus inquietudes, sus puntos de vista, intentando compartirlos con el público.
¿Cómo valora el papel de las cofradías de la ciudad?
–Creo que realizan un importante papel que debe ser valorado en su justo término, animándolas a proseguir en el esfuerzo continuo por ser fieles a su misión y tarea como parte de la Iglesia.
¿Y de los más jóvenes?
–Los más jóvenes encuentran en las cofradías ese enganche con la Iglesia que no consiguen, a veces en las parroquias, por ejemplo. Por eso es importante cuidar a los grupos jóvenes de las cofradías, animarles y trabajar por fomentar en ellos la auténtica vida cristiana.
¿Dará algún consejo para la mejora de éstas?
–No me gusta dar consejos, quizás porque no me gusta que me los den. Aunque de un sabio y de un santo siempre los acepto, a pesar de que hasta ellos se pueden equivocar. Creo que es más positivo animar, iluminar, alentar, y que cada persona se quede con lo mejor del mensaje del pregón.
¿Cómo ayudaría a los cofrades a vivir el presente y preparar el futuro de las hermandades?
–La palabra clave es fidelidad: fidelidad a los orígenes de las cofradías, fidelidad a la especificidad de cada una, fidelidad a la tarea que cada cofrade tiene encomendada. En definitiva, se trata de ser fieles a lo que constituye la base de nuestra vida cristiana: el bautismo, que cada uno vive de manera irrepetible en las diversas circunstancias que configuran su existencia.
¿Cómo se le presenta la Semana Santa?
–Compaginando las celebraciones litúrgicas entre las catedrales de Jaén y Baeza. Sin olvidar una deseable escapada a Sevilla para ver a la Macarena, cuyo septenario he predicado este año.
